Que el universo blockchain es peculiar es algo que sin duda todos aquellos que nos encontramos en alguna de sus galaxias sabemos.
Como no podía ser de otra manera, teniendo en cuenta sus orígenes reaccionarios, su mensaje pseudo anarquista, su modelo autónomo de funcionamiento de los circuitos financieros vigentes, creó un modelo de financiación propio que iba como anillo al dedo a su filosofía. Una evolución del crowfunding, con detalles relevantes que le diferencian de este, pero con quien comparte unos principios de funcionamiento similares.
Las ICO (Initial Coin Offering) es un modelo de financiación que ha sido utilizado desde hace 5-6 años todas las Blockchain públicas. Su historia se inicia en Julio del 2013 con la financiación de MasterCoin que cosechó 500.000 dólares. Tras ella, llegaron en 2014 MaidSafe y Ethereum que recaudaron 7 y 18,5 millones de dólares respectivamente.
A partir de aquí la locura, y esta sí que la considero una burbuja, donde nos encontramos que dos años después en 2017 se recaudó por parte de Tezos 232 millones de dólares.
Este gráfico muestra la evolución del crecimiento de ICO’s en este quinquenio de locura colectiva.
¿Qué ha ocurrido?
Muy sencillo, tiene una forma de explicarlo muy fácil y está ligado a una de las características que tiene el ser humano y se denomina avaricia. Se convirtió en El Dorado que seguíamos los inversores que nos acercábamos al mundo de las criptos, al fin y al cabo todos nos pegábamos por poder participar en estas campañas de marketing bien elaboradas donde han existido fraudes, no tantos como se cree pero si muy ruidosos, y también de multitud de proyectos que no estaban bien planificados ni ejecutados y que se han quedado en la cuneta.
En la primera criba han caído los más débiles, pero aún quedan otros muchos por caer (tengan en cuenta que en la actualidad hay más de 2.600 proyectos listados en exchanges diversos), y que aún aguantan porque poseen fondos de la recaudación inicial, pero repasando simplemente su Road Map inicial 'vs' la realidad ya se ve que en un periodo de 2 años, varios cientos van a caer. Es la ley de la selva, van a permanecer los más fuertes, aunque ello no quiere decir que sean los mejores, hay algunos de estos proyectos con ideas y planteamientos brillantes pero que han aparecido con 10 años de anticipación al mercado, el cual no está preparado todavía por asumir estos nuevos modelos.
La situación actual en 2019 es deprimente si uno ve el calendario de ICO’s en activo o en proceso de aparecer en breves fechas. Me considero un estudioso de estos proyectos, los estudio desde diferentes perspectivas y la mayoría no tienen nada que hacer por su planteamiento, pero sobre todo por la percepción del mercado. Otros en cambio son para invertir, pero no mediante el modelo de ICO’s.
Los inversores exigen un nuevo modelo, donde el control de los fondos no sea únicamente controlado por los autores del proyecto, sino que sea compartido. Tenemos el modelo de las DAICO’s donde los inversores van liberando fondos en función del cumplimiento del Road Map y con la opción de salirse en el caso que se visualice que no tiene futuro poder recuperar sus fondos.
Como idea permite tener algo de control a los accionistas, pero mi opinión particular es que no tendrá éxito, ya que cualquiera que ha lanzado una startup sabe que las necesidades de financiación respecto al plan inicial siempre se quedan cortas, tanto en fondos como en tiempo de llevarlos a cabo.
La única opción que veo válida de financiación en el futuro de blockchain públicas ha de ser bajo el modelo de una institución reguladora que permita unas garantías jurídicas a sus accionistas. Me gusta el modelo que ha utilizado por ejemplo Kodak con KodakCoin bajo la tutela de la SEC.
Pero, como todo en la vida, hay un pero… Es contradictorio que proyectos que nacen con un concepto de descentralización nazcan bajo el amparo de una institución que regule su capacidad de financiación, eso es cierto, pero el sentimiento que se ha instalado en los inversionistas de ICO’s y la percepción que existe respecto a ellas es negativo y ello implica que los buenos proyectos entran en este modelo o acceden al Friends & Family o a business angels que patrocinen su proyecto.
Personalmente, prefiero el primer modelo regulado, ya que aunque no se habla mucho de ello ha habido muchos casos de verdaderas enajenaciones a los autores de un proyecto que por necesidad de financiación han llegado a perder todo el control de sus proyectos en las sucesivas rondas para capturar fondos.
No dispongo de ninguna bola de cristal, pero la regulación si o si va a llegar al universo Blockchain y el de la financiación es el primer punto de las tareas a realizar donde las instituciones han puesto foco, por dos motivos principalmente:
1. Es un punto de inversión en productos financieros que están fuera de la óptica de las haciendas locales de los países, por tanto foco para evitar lavado de dinero además del afán recaudatorio viendo los niveles alcanzados en los últimos 3 años.
2. Ofrecer herramientas jurídicas que permitan reclamaciones de derechos por parte de los inversores.