Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
El dólar estadounidense reanudó su descenso este martes en lo que podría resultar ser una recuperación muy efímera. No ha habido informes económicos en la agenda de Estados Unidos de este martes, pero el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años reanudó su descenso, cayendo más del 6% y lastrando el dólar fuertemente en el proceso. Según los demócratas, las conversaciones sobre el estímulo finalmente avanzan en la dirección correcta, pero con el vencimiento de las ayudas adicionales al subsidio por desempleo y la moratoria para los embargos y desalojos, la economía estadounidense podría caer por un precipicio si no se hace algo pronto. Como señaló mi colega Boris Schlossberg, más del 40% de los inquilinos estadounidenses están ahora en riesgo de desalojo y, si no pueden pagar su alquiler, sin duda gastarán en otras cosas. Los inversores están nerviosos pero también son prudentemente optimistas acerca de que el Congreso llegue a un acuerdo en un futuro muy próximo, ya que son plenamente conscientes de la urgencia y las consecuencias que explican el repunte de las acciones.
La economía y el mercado laboral de Estados Unidos en particular serán centro de atención este miércoles, con la publicación de los informes del sector no manufacturero del ISM y de ADP. Sabemos que la actividad manufacturera mejoró en julio, pero los casos de coronavirus han aumentado, lo que ha llevado al cierre de algunas actividades comerciales. El informe de mañana nos dará una idea de cuánto impacto tuvo el aumento de los casos en la economía y si el banco central debería preocuparse. El componente laboral del ISM no manufacturero es también un indicador importante de cara al informe de empleo no agrícola. Si la actividad del sector servicios se desacelera, el dólar acelerará su descenso rápidamente, pero si los datos son buenos, mostrando una ralentización mínima en julio, el dólar se recuperará con la esperanza de un crecimiento decente del empleo.
La moneda que mejor rendimiento ha ofrecido este martes ha sido el dólar australiano. No sólo ha aumentado el superávit comercial en junio, con el repunte de las exportaciones y las importaciones, sino que las ventas minoristas aumentaron a un ritmo más rápido. El Banco de la Reserva de Australia ha ofrecido información para todos los gustos: mantuvieron inalterados los tipos de interés, anunciaron planes para volver al mercado de bonos y predijeron una recuperación desigual. También han pronosticado de descenso del 6% del crecimiento este año con una tasa de desempleo que podría superar el 10%. Sin embargo, los traders de dólar australiano ni se inmutaron ante las noticias pues el banco central ha dicho que también han considerado un escenario de recuperación más fuerte en sus previsiones. El dólar canadiense ha subido considerablemente al tornarse positivos los precios del petróleo tras las pérdidas anteriores. Canadá publica datos comerciales este miércoles y, en vista de la gran subida del índice PMI Ivey, el repunte de la divisa canadiense sugiere que los inversores esperan cifras más fuertes. Sin embargo, el dólar neozelandés no participó en el repunte tras la caída de los precios de los productos lácteos.
El euro cerró la jornada de Nueva York a unos pocos pips del nivel de 1,18, lo que es un movimiento importante teniendo en cuenta que había caído hasta 1,1721. Dada la falta de datos de la eurozona, este repunte podría atribuirse principalmente al debilitamiento del dólar estadounidense. La libra ha ofrecido la peor actuación de entre las divisas: los inversores están decepcionados por la falta de progresos en las conversaciones comerciales UE-Reino Unido y les preocupa que el PMI del sector servicios se revise a la baja este miércoles, así como el del sector manufacturero.