Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención…) si saber esperar y no precipitarse era una de las claves para conseguir alcanzar la consistencia y el éxito en los mercados.
A menudo, en la vida y en el trading, la impaciencia nos juega malas pasadas, nos nubla la vista y la mente y nos hace precipitarnos. Nos impide pensar, nos bloquea o nos acelera y nos puede acabar dominando si no sabemos controlarla, haciéndonos actuar en el día a día de modo impulsivo o haciéndonos “pulsar el ratón” en contra de lo que teníamos previsto, de lo que habíamos aprendido y de lo que formaba parte de nuestro sistema.
Nos dominan las prisas, el no saber esperar la señal adecuada, el corto o el largo que nos marque la entrada correcta, y ni siquiera nos paramos a pensar si estamos actuando o no conforme a nuestra reglas. Solo pensamos que el precio se va a ir sin nosotros y cometemos el error de entrar al mercado mucho antes de cuando sabemos que en realidad habría que hacerlo.
Nuestro sistema aún no nos ha marcado la entrada ni las circunstancias que le exigimos al precio para meter la orden en el bróker y en el mercado, lo tenemos así anotado en nuestro plan de trading, pero nos pueden las prisas, la precipitación, e incumplimos nuestras normas por puro aburrimiento, impaciencia, falta de control, falta de disciplina, por preferir ver al precio en lugar de mirarlo, por distraernos mientras estamos delante de los gráficos, por no focalizarnos ni concentrarnos…
Siempre digo a mis alumnos y a la gente que quiere aprender a hacer trading o a mejorar el que realizan que, una vez aprendidos y conocidos cuáles son los errores y los aciertos de cada uno, una vez aprendidas las reglas de entrada y salida y el esquema de nuestro sistema de trading, es vital hacer un nuevo plan de trading…
Pero solamente si nos comprometemos a cumplirlo a rajatabla y sin excusas, día sí, y día también. Si no lo vamos a cumplir, si no nos vamos a obligar a seguir ese guión (que encima nos facilitaría enormemente tanto el camino como nuestra progresión y nuestros resultados), mejor no escribirlo: si se traza un plan de trading, es para cumplirlo, si no, mejor romperlo y no perder el tiempo en elaborarlo.
Insistimos siempre en la importancia de la PACIENCIA.
Por ejemplo: Puede que en la calle esté diluviando y tengamos que ir a un sitio, y no tengamos la paciencia suficiente para permitir que las nubes se aparten un poco y podamos llegar a nuestro destino menos mojados, o puede que estemos conduciendo y por no ser capaces de perder unos pocos minutos perdamos mucho más a cambio.
Y puede ocurrir que en los mercados esté granizando y que, aunque intuyamos que a lo lejos vendrán claros que despejarán nuestra entrada, de nuevo queremos ser mucho más listos que la realidad que estamos viendo en ese preciso instante, y nos anticipamos vaticinando supuestos movimientos a nuestro favor.
Y por supuesto, lógicamente, lo pasamos mal: la lluvia arrecia, la tormenta continúa y nosotros no hemos sabido esperar, hemos salido a la calle y entrado al mercado antes de lo debido, y sufrimos y padecemos más de lo necesario.
Si nos adelantamos o entramos a destiempo antes de lo que debíamos hacerlo, podremos mojarnos y sufrir inútilmente, viendo como salta un stop que no haberlo hecho si hubiéramos tenido la paciencia necesaria y vital.
Calmarse, esperar la entrada oportuna y, sí ya hemos comprobado que nuestra metodología funciona, obligarnos a funcionar nosotros… Si dicen que nuestro último error debe ser nuestro mejor maestro, aprender de ello, y darnos cuenta de que, si sabemos esperar, acabaremos teniendo mejores resultados y sufriremos mucho menos…
Sufrir o no sufrir, esperar o no esperar… esa es la cuestión. Salvo que a alguien no le guste ganar y en cambio sí le guste pasarlo mal, creo que la elección y la actuación a seguir es obvia, ¿no?
Pues entonces, hay que empezar a hacerlo un día, y luego otro, y al siguiente y…
Y tú… ¿Qué opinas?