El miércoles 27 de mayo, la Comisión Europea propondrá su plan para apoyar y revivir la actividad europea. Su presidente, Ursula Van der Leyen, tendrá que decidir entre la propuesta franco-alemana y la de los "cuatro países austeros". Una decisión que dará forma dará forma a la trayectoria de Europa en los próximos años.
En la propuesta franco / alemana, la columna vertebral del plan era la posibilidad de que la Comisión Europea pidiera prestados hasta 500 mil millones de euros, para subsidiar regiones e industrias que están realmente afectadas por la crisis de salud y reembolsar este préstamo por el 27 hasta el peso de cada uno en la Unión.
Para los “cuatro austeros” (Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria), en ningún caso puede haber subsidios sino préstamos que serán reembolsados por los países beneficiarios. Los países prestamistas también deberán comprometerse a reformas en un marco fiscal ajustado para promover el crecimiento.
Dos proposiciones, dos filosofías diferentes sobre lo que es Europa
El primer comentario es que los "cuatro países austeros" son países pequeños. No tienen la diversidad de los grandes países. La flexiguridad del mercado laboral, que es muy popular en Suecia y Dinamarca, es el resultado de un consenso tradicional. Se ha beneficiado enormemente de la homogeneidad conferida por el pequeño tamaño de estos dos países. Para un país grande, la gestión de consenso es más compleja. La diversidad es mucho más importante tanto en términos de población como de sectores de actividad. No podemos pensar de la misma manera entre los países pequeños del norte y los países grandes del sur.
La segunda observación es que el vínculo entre la disciplina presupuestaria y el crecimiento aún está pendiente de confirmación. Puede ser intelectualmente agradable, pero rara vez va más allá de eso.
El país más ajustado presupuestario en Europa es Italia. Su balance fiscal primario ha tenido la apariencia más virtuosa de los países europeos desde 1995 (el problema presupuestario italiano proviene del hecho de que la tasa de interés de la deuda es sistemáticamente más alta que la tasa de crecimiento nominal causando un efecto bola de nieve en la deuda (la deuda pública la relación entre el PIB y el PIB no puede reducirse si la deuda aumenta con los tipos de interés de interés y el PIB con la tasa de crecimiento nominal)). Sin embargo, vemos sus grandes dificultades ante la crisis de salud. El problema no es el presupuesto, sino la capacidad de este país para crecer y no existe un vínculo causal entre ambos. La sostenibilidad fiscal italiana solo mejorará facilitando el retorno del crecimiento, no restringiendo fuertemente el país de Dante.
El tercer comentario plantea la cuestión del compromiso europeo de los "cuatro austeros". En el famoso discurso de Mario Draghi en Londres el 26 de julio de 2012, solo conservamos "lo que sea necesario", que es esencial, pero el ex jefe del BCE tiene un mensaje más complejo. Draghi indicó entonces que la construcción europea era, sobre todo, una construcción política de personas que querían vivir juntas. El euro era entonces solo un instrumento al servicio de esta construcción política. El papel del BCE es administrar este instrumento para que la construcción política pueda continuar. El BCE hará lo que sea necesario para que funcione. La solidaridad europea no puede expresarse solo en la moneda, es más amplia que eso debido a su dimensión política.
En vista de la discusión actual, uno puede tener la sensación de que esta dimensión política se ha desvanecido entre los "cuatro austeros". Dos puntos a destacar aquí.
La restricción fiscal no es la mejor estrategia cuando la economía es débil. Además, es demasiado pronto para plantear este problema. La austeridad fiscal en 2011 y después llegó demasiado temprano en el ciclo, causando una recesión muy larga en la zona euro, especialmente en Italia y España.
El segundo comentario proviene de las palabras de Wolfgang Schäuble, quien considera que, en el contexto de la crisis de salud, la solidaridad debe ser la palabra clave, algo que respalda explícitamente el plan franco / alemán.
La última observación es la de la visión de Europa en la que tenemos que pensar. En 2001, el fallecido Alberto Alesina y sus coautores compararon los sistemas sociales entre los Estados Unidos y Europa y afirmaron que "en Europa, generalmente se piensa que los pobres son desafortunados, pero no son personalmente responsables de su propia condición [......]". Sin embargo, el 70% de los estadounidenses, en respuesta a la misma pregunta, dijo que las personas son pobres debido a la pereza. “El sistema europeo de solidaridad reflejó estas palabras en oposición a lo que se observa en los Estados Unidos".
Entonces, ¿queremos realmente salir del sistema europeo de solidaridad? No, sería necesario en este período complejo afirmar esta solidaridad, ya no solo en la escala de los individuos dentro del mismo país, sino en la escala de los países para no correr el riesgo de que un país frágil pueda alterar la construcción política. que Mario Draghi evocó simplemente porque los otros países de la Unión no querían agrupar riesgos en un momento particular de la historia.