Es principio de año y usted estará esperando respuestas y análisis sobre que activos se comportarán mejor este 2021 o hasta donde subirá o bajará el SP500 y el Bitcoin. O si Tesla (NASDAQ:TSLA) seguirá subiendo hasta el infinito o bajará hasta las catacumbas.
Pero no, hoy voy a explicarles el curioso caso de Sant Martí de Canals, una población de 32 habitantes situado a las puertas de del Pirineo Catalán. Son muy aficionados a la astronomía. El pasado 28 de diciembre de 2020 con ayuda sus prismáticos y telescopios caseros observaron una cafetera orbitando alrededor de planeta Venus. Aseguran tener pruebas gráficas del cuotidiano objeto en susodicha posición de la Vía Láctea para utilizarlas como pruebas para los incrédulos, escépticos y negacionistas y planean realizar una serie de conferencias para dar a conocer su hallazgo.
Cuando me enteré de la noticia me puse en contacto con 3 amigos que son físicos y astrónomos que llevan 30 años trabajando en la Agencia Espacial Europea, la N.A.S.A y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial para corroborar y confirmar la noticia. La respuesta de los tres, incluso siendo de organizaciones de diferentes países, fue unánime y me dejó perplejo:
“No lo vamos a desmentir. Hace 5 años nos pasó un caso similar. Nos llamarón desde San Francisco del Monte de Oro, un pueblecito de Argentina, diciendo que habían visto una lata de cerveza orbitando por Venus y la cantidad de recursos humanos, económicos, técnicos, tecnológicos, de tiempo y la inmensa cantidad de pruebas a recopilar que las Agencias Espaciales invirtieron para desmentir la noticia, no compensa”.
En el mundo financiero estamos acostumbrados a recibir informaciones con dobles y triples intencionalidades. Rumores que posteriormente son desmentidos, globos sonda para tantear el mercado, pero los que nos dedicamos a esto tenemos la obligación de discriminarlas, de separar la paja del grano, para evitar sesgos que nos lleguen a influenciar en nuestra forma de operar. Pero, en ocasiones, ocurre que uno se da de cabezazos contra la pared al comprobar como algo que es completamente incierto se convierte en verdad absoluta y generalizada. ¿Por qué ocurre esto?
La Ley Brandolini responde a esta cuestión: Y es que la cantidad de energía, recursos y tiempo para refutar un bulo es muy superior a la cantidad de energía, recursos y tiempo para producirlo y por tanto no compensa desmentirla.
Yo puedo declarar que la tierra es plana o que George Soros es el creador de una conspiración económica para empobrecernos a todos. La energía, tiempo y recursos para dictaminar mi opinión han sido casi nulas. Suelto las opiniones y me quedo más ancho que Castilla. Y lo reafirmo con más opiniones, que no pruebas. En cambio, un geólogo, el tiempo, recursos, paciencia, dotes didácticas y evidencias para convencerme de lo contrario, de que la tierra es casi esférica es extremadamente elevada. Lo mismo es aplicable con lo de Soros. El tiempo, recursos, explicaciones de cómo funciona el mercado financiero por parte de un experto, para convencerme de lo inverso no vale la pena.
La paradoja de todo esto es que si alguna vez se encuentra en medio de una conversación y su interlocutor no realiza una contra replica ni le responde con infinitas argumentaciones, no cante victoria, sino todo lo contrario, tómelo como signo de que usted está equivocado ya que su interlocutor a lo mejor está utilizando la Ley de Brandolini.
Mientras tanto los vecinos de Sant Martí de Canals seguirán divulgando “su descubrimiento”.
Que tengan buena salud para tener buenas inversiones.