Los temores de que el coronavirus chino podría afectar al crecimiento económico han asestado un duro golpe a un mercado petrolero que ya presenta una gran superabundancia.
La caída del 3,77% de ayer ha sido la peor desde la caída del 4,93% del 2 de enero tras las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump que sugerían un posible conflicto en Oriente Próximo. Los temores de los inversores de que una confrontación militar generalizada ralentizaría el crecimiento económico fueron lo suficientemente potentes como para compensar el impulso de los precios del crudo que provocaría normalmente cualquier interrupción del suministro de petróleo de Oriente Próximo.
Lo que nos pareció interesante es que, aunque las acciones repuntaron inicialmente con las medidas de China para detener la propagación del virus, el petróleo nunca subió. ¿Significa esto que los traders de petróleo no son tan crédulos como los de los demás activos?
El WTI ha ido cayendo ante las expectativas de que las tensiones con Irán lastrarían el crecimiento económico, a pesar de que esa discordia también interrumpiría la producción y, por lo tanto, se ajustaría la oferta. Ese descenso continúa ahora, ya que el llamado oro negro se ha vendido de forma masiva ante las preocupaciones en torno a que la propagación del virus podría lastrar la recuperación económica global, convirtiendo el actual exceso del mercado en una superabundancia de proporciones épicas.
Los gráficos técnicos también muestran claras señales bajistas que son fáciles de reconocer.
El precio del petróleo ha descendido por debajo de su línea de tendencia alcista desde principios de octubre, con una bandera ascendente completa— extremadamente bajista tras una caída de cinco días consecutivos, formando el asta de la bandera. Los dos eventos técnicos que ocurren a la vez, la caída por debajo de la línea de tendencia alcista y la bandera ascendente, conforman la señal bajista. Un tercer detonante técnico simultáneo es la MMD 200.
El hecho de que esté situado justo debajo de la bandera refuerza aún más la teoría de que el precio por debajo de 60 dólares por barril es un punto de presión técnico importante, en que entrarán tanto alcistas como bajistas.
El objetivo implícito del movimiento brusco antes de la bandera, impulsado por los traders que se dedican a este mercado, se sitúa por encima de 50 dólares, que también pasa a ser el siguiente número redondo psicológico. Si se sobrepasa esa línea, superará el principal nivel de soporte desde junio, poniendo sobre la mesa el fondo de diciembre de 2018 registrado en 42 dólares.
Estrategias de trading
Los traders conservadores deberían esperar un probable movimiento de retorno para volver a probar la integridad de la bandera, con al menos una vela larga roja alejándose del patrón, antes de comprometerse a posicionarse en corto.
Los traders moderados probablemente esperen un retroceso para una entrada más cercana a un nivel de resistencia, no necesariamente hasta probar la resistencia del patrón de continuación.
Los traders agresivos podrían posicionarse en largo a contracorriente, confiando en el movimiento de retorno que ocurre en aproximadamente dos tercios de los repuntes de bandera. Ya podemos ver indicios de un repunte: un martillo alcista intradía. Luego, se incorporarán al mercado con la supuesta caída que ocurrirá después.
Ejemplo de operación a contracorriente
Entrada: 56 dólares
Orden de minimización de pérdidas: 55,50 dólares
Riesgo: 0,50 dólares
Objetivo: 57,50 dólares
Recompensa: 1,50 dólares
Relación riesgo-recompensa: 1:3