"Los políticos siguen obsesionados, totalmente convencidos de que los participantes en los mercados somos idiotas. Salvo las máquinas, considero que hay poco atontado por estos lares, porque las balas silban por todos los lados. Los políticos siguen creyendo en los milagros y, mientras llegan los milagros, la obsesión es ganar tiempo. El mercado, no obstante, quiere más. Los que saben de estas cosas y quieren que el Templo del Capitalismo no se venga abajo insisten en la necesidad de tomar medidas drásticas inmediatas como mutualizar la deuda y el riesgo y fijar un techo sobre el spread. Es decir, intervenir el mercado, aún más de lo que está intervenido, por el BCE y/o el EFSF-ESM. ¿Qué significa esto? Que las cosas están peor de lo que parecen y que los bancos centrales se están quedando sin municiones. Estamos inmersos en una crisis sistémica, algo que se reconoce sobre el papel, pero que no se traslada al conjunto de la sociedad y de la economía. Se trata de ganar tiempo. Las expectativas de vacunas para curar la COVID-19 ayudarán en este proceso", me dice uno de los viejos lobos de la Bolsa española, que continúa:
"O mejor, las expectativas de una avalancha de vacunas, que llegarán al mercado, pero no sabemos cuándo ni cómo ni cuánto costarán, animan a los especuladores más bruscos y, con ello, contagian al rebaño".
"Varias décadas de experiencia en la Bolsa y muy interesado por el mundo de la biotecnología, contemplo asustado, la facilidad con que se habla de efectos muy positivos de esta o aquella vacuna, o medicamento, contra la COVID-19, cuando siempre han sido necesarios periodos de tiempo para autorizar medicamentos para esta o aquella dolencia. Sí, asustado de ver y escuchar a políticos desde hace unos meses, que la vacuna ya está aquí: primero, después del verano, ahora en los primeros meses de 2021. Los que más saben, lo fían largo. Dan por perdido todo el año próximo".
"Se trata, por tanto, de mantener vivas las expectativas y de alimentar con ellas el presente y futuro de la economía y, por supuesto, de las Bolsas y otros mercados".
"Lo leí hace unos días en lacartadelabolsa: No es necesario que se produzcan grandes estruendos en los mercados de acciones, porque estos, además, están conjurados por los bancos centrales. "Los catalizadores son, por definición, sorpresas. Dicho esto, cuando las valoraciones son extremas, los giros se vuelven inevitables, y un pequeño cambio en el sentimiento es a menudo todo lo que se necesita para iniciar una oscilación del péndulo del miedo extremo a la euforia extrema. (Vía Bloomberg)".
"Lo acabamos de ver con el anuncio de una de las vacunas, que, como otras más, serán anunciadas en las próximas semanas. El éxtasis y el pánico, a menudo van cogidos de la mano. Las enormes dificultades que entraña el mundo de la inversión y la Bolsa, quedan resumidas en esta frase: Sólo hay un lado del mercado, y no es el lado alcista ni el lado bajista, sino el lado correcto (Jesse Livermore)".