Desde el 6 de febrero, la principal criptomoneda se convirtió en picante y emocionante para los inversores y traders, creciendo desde 3.328 hasta hacer techo en 13.380, un aumento de valor de más del 300%, algo extremadamente atractivo para cualquier inversor. Pero desde finales de junio, el BTC bajó para nivelarse alrededor de los 10.000, seguido de una disminución en el volumen operado. Una manera fácil y efectiva de medir el estado de ánimo de los inversores es a través de la tendencia de búsqueda en Google (NASDAQ:GOOGL), pudiendo ver cómo cae desde el 29 de junio de este año. Pero, ¿por qué después de este crecimiento masivo cambió el estado de ánimo?
La psicología del inversor sigue un patrón fractal, que es endógeno y autorregulado. Las iteraciones en esta construcción fractal reflejan el estado de ánimo de los inversores y están conectadas entre sí en longitud, tiempo y velocidad, sin dar lugar a comportamientos aleatorios. Eso es lo que hace nuestro algoritmo, el Modelo Dinámico Multi-Fractal. Nos brinda las próximas iteraciones basadas en el comportamiento fractal de cada instrumento financiero, generando señales, midiendo la fuerza y persistencia de la tendencia y detectando puntos de inflexión, áreas de riesgo, zonas objetivo, secuencias activas y más.
Asesoramos a nuestros clientes sobre este momento de latencia en la criptomoneda. El precio había alcanzado un área llamada atractor en varias escalas temporales. En estas áreas, la tendencia suele llegar al agotamiento, lo que conduce a un giro en la dirección opuesta.
Pero eso no es todo, la caída que comenzó el 27 de junio y terminó el 17 de julio fue demasiado rápida. Como las secuencias en la iteración están conectadas en tiempo y velocidad, sabíamos que el Bitcoin necesitaba permanecer horizontal, consumiendo tiempo hasta que se equilibrara el tiempo y velocidad entre ambas ondas.
Si la criptomoneda continúa comportándose de esta manera, las posibilidades de nuevos máximos históricos están cada vez más cerca.