Más de una vez he citado como concepto la frase ‘Universo Blockchain’, en ella me refiero a los diferentes actores que gravitan alrededor de las blockchain públicas.
Estos actores pueden tener diferentes modelos de colaboración y función, que van desde autores de publicación de artículos (me incluyo en este modesto grupo) que expresan su visión y opiniones al respecto del mundo blockchain, a consumidores de esta información que por curiosidad o sedientos de información acerca de algo que no entienden, a inversores que buscan rentabilidad de sus activos con inversiones en proyectos Blockchain, a profesionales con diferentes perfiles y con mayor o menor medida están inmersos en una startup de esta tipología, etc …
Pero todos nosotros somos simplemente satélites que orbitan alrededor del verdadero universo de una blockchain pública, que son la comunidad de desarrolladores que evolucionan o mantienen un proyecto como Bitcoin.
Voy a tomar como referencia a BTC por ser el más representativo e importante de una BlKC pública.
Estas estrellas que están ubicadas en el centro de este universo, son los que marcan la pauta de qué serán de mayores los proyectos en los cuales participan. Estamos hablando de proyectos ‘Open Source’, es decir, proyectos donde detrás de ellos no existe ninguna corporación o empresa que dicte el camino a seguir o que financie con recursos económicos su desarrollo y mantenimiento, sino que tanto un aspecto como el otro son realizados de forma ‘amateur’ por el 99,9% que quiera participar en ellos.
En una BLKC privada la gran diferencia, dejando de lado aspectos técnicos, es que el equipo que se encarga de ellas corresponde a empresas, asociaciones, etc. con una visión de lucro mediante la venta del producto, servicios que ofrecen, etc… La comunidad que da servicio a Bitcoin está estructurada bajo el modelo de meritocracia, es decir, cuanta mayor sea tu aportación mayor será tu capacidad de influencia y por tanto tus opiniones consideradas para variar el camino a seguir estratégicamente en las funcionalidades del producto.
Cualquiera podría pensar hasta este punto que no existe ningún tipo de jerarquía o mínima estructura que ponga un poco de orden interno… nada más lejos de la realidad, si que existe un pequeño grupo y muy reducido grupo de profesionales que reciben un sueldo y pagado, o bien, por la fundación que controla el producto o en algunos casos por instituciones académicas que también colaboran en el desarrollo de productos.
En el caso de Bitcoin, vamos a realizarle una pequeña radiografía que muestra un modelo que puede ser aplicado al resto, aunque bien es cierto que cada proyecto de BLKC público puede tener variaciones respecto al de nuestra referencia, pero en la base esencial la mayoría coinciden.
En la cúspide del desarrollo y/o mantenimiento de Bitcoin tenemos en la actualidad a un holandés que se llama Wladimir van der Laan ubicado en Amsterdam que recogió el testigo de Gavin Andersen que fue uno de los colaboradores iniciales de Satoshi (creador de Bitcoin). Su función dentro del mundo Bitcoin es la de ‘Lead Maintainer’ o responsable ultimo de la aceptación de una modificación en el código de Bitcoin. Antes de llegarle una petición, esta solicitud pasa por diferentes estados y debe ser aceptada por la mayoría de desarrolladores que colaboran asiduamente en Bitcoin, proceso nada sencillo por cierto.
Es una de las 4 personas que recibe un sueldo por su función, en este caso pagado por el MIT MEDIA LAB’S DIGITAL CURRENCY INITIATIVE que está financiada por instituciones o personas tales como Reid Hoffman (cofundador de Linkedin (NYSE:LNKD)), Nasdaq, Bitfury, etc… Desde 2015, esta institución tomó el relevo de asumir los costes financieros tras la Bicoin Foundation fundada por Gravesen que no podía con ellos. Otra figura relevante en este núcleo es la de Cory Fields o Luke Dashjr, Core Developer y editor de las BIP respectivamente. Ambos dos están a tiempo completo en Bitcoin y cobran un sueldo de la misma fuente que le paga a Van Der Laan.
Todos ellos tienen un común denominador y es el número de años colaborando (prácticamente desde sus inicios) y la cantidad de BIP (Propuestas de Mejora) que han sido aceptadas por la mayoría de la comunidad. En ello reside la meritocracia para ocupar esos puestos de responsabilidad y la capacidad de influencia que tiene cada uno de ellos en el futuro y presente del proyecto. Asimismo comparten perfil social, me refiero en este caso a su auto proclamación como Cyber punk. A día de hoy el número de programadores que colaboran activamente en el mantenimiento de Bitcoin es de unos 300 aproximadamente ubicados por diferentes puntos del planeta. Lista de contribuidores actuales en Bitcoin
Pero apliquemos un caso práctico para que se entienda el modelo de funcionamiento de evolución y/o mantenimiento del proyecto. Imaginemos el escenario que deseo incorporar un mejora que consiste en este caso hipotético de querer ampliar el tamaño de los bloques de 1MB a 5 MB. Ante todo hay que entender que cualquiera puede solicitar esa modificación, estamos ante un Open Source.
Los pasos que seguiría serían:
1. Creo una petición de mejora o BIP y la remito a la lista de correos de Core en Linux Foundation.
2. Se discute en alguna de las reuniones quincenales que se celebran periódicamente donde a través de Chat y de acceso libre, se procede a la revisión y aceptación o denegación de cualquier solicitud de mejora en el código. Si alguien tiene curiosidad de acceder a una de estas sesiones quincenales, pude hacerlo a través de IRC #bitcoin-dev (canal de chat)
3. Si se considera válida la potencial evolución o modificación, se procede a crear un ‘pull request’ con una documentación formalizada para la revisión de la comunidad.
4. Si vuelve a pasar este filtro la modificación se envía al editor (Luke Dasjr) que en el nuevo caso que la apruebe se le asigna una categoría y un número y se integra en el repositorio de código.
Alguna vez he comentado que una de las debilidades que tiene un proyecto de Blockchain público (bitcoin), es una de sus consideradas fortalezas y es la poca capacidad de reacción o de tiempos asociados refiriéndome en este caso al ‘time to market’. Además de ello en los pasos indicados con anterioridad, la obligatoriedad de tener que recibir más de un 50% de los votos de la comunidad para poder llevarla a cabo, da a lugar a que aquellos que tengan una capacidad de influencia elevada y unos planteamientos inmovilistas respecto a cualquier variación relevante respecto al protocolo original de Satoshi (en el caso de Bitcoin), limita mucho su evolución.
Aquellos que no están de acuerdo, como ha ocurrido en el pasado, han creado variaciones en el proyecto como por ejemplo Bitcoin Cash y otros que corresponde a proyectos prácticamente iguales al original pero con variaciones evolutivas que la comunidad original denegó su aplicación.