València, 26 may (.).- La I+D es decisiva para afrontar la salida de la crisis, pero el peso de la inversión en innovación sobre el PIB es solo del 1,2 % en España, según datos de 2018, casi la mitad que la media de la UE-27.
El Instituto de Investigaciones Económicas (IVIE), en su nuevo informe COVID-19 elaborado por Javier Quesada, Matilde Mas y Jimena Salamanca, considera que la I+D ha de ganar peso en la actividad productiva de los diferentes sectores de la economía, tanto mediante la incorporación de contenido innovador en los bienes y servicios producidos por las empresas, como desarrollando nuevos sectores más tecnológicos.
La innovación tecnológica ha revelado su potencial durante la crisis de la COVID-19, no solo para contribuir a la solución sanitaria, sino también para ofrecer herramientas a las empresas para recuperar su actividad, destaca el informe IVIE Exprés, dado a conocer este martes.
Sin embargo, el sistema de I+D+i en España y en la Comunitat Valenciana -donde también centra el estudio el instituto valenciano- sufre tres grandes problemas: su pequeña dimensión, la baja implicación del sector empresarial en su ejecución y financiación y la falta de colaboración entre universidades, administración y empresas para desarrollarla.
Señalan que la crisis de 2008 ya evidenció la importancia de la innovación y la tecnología como instrumento para impulsar la economía y el cambio de modelo productivo pero España "no ha sabido aprovechar los años de expansión para avanzar en este sentido" con una tasa de crecimiento anual de la inversión en I+D entre 2008 y 2018 de solo el 0,2 %, frente al 20 % de China, el 6,3 % de Estados Unidos o el 4,6 % de Alemania.
En el caso de la Comunitat Valenciana, el peso de la inversión en I+D se sitúa ligeramente por debajo de la media, con un 1,1 %, por detrás de las únicas cinco autonomías que presentaban ratios I+a la media en 2018: País Vasco (2 %), Madrid (1,7 %), Navarra (1,7 %), Cataluña (1,5 %) y Castilla y León (1,3 %).
Entre 2008 y 2018 la dinámica de inversión en I+D en nueve regiones es negativa, especialmente en Extremadura (-2,2 %), Asturias (-2 %), Castilla-La Mancha (-1,9 %) y Cantabria (-1,8 %).
La Comunitat Valenciana, aunque con un crecimiento muy modesto (0,5 %), fue la cuarta autonomía que más aumentó su inversión, por detrás de Baleares, País Vasco y Cataluña.
El segundo reto que plantea el IVIE es conseguir que las empresas se impliquen en la política de I+D ya que el peso de la inversión privada en I+D en España representa el 56,5 % del total, muy por debajo de la media europea (66,4 %), mientras que el de la administración pública (del 16,9 %) y la universidad (26,4 %) es la más elevada de todos los países analizados.
Por Comunidades Autónomas, hay grandes diferencias puesto que en el País Vasco la inversión realizada por las empresas supera las cifras de las grandes potencias, con el 76,1 %, en Extremadura (25 %) y Canarias (20,1 %) registran los valores mínimos.
La Comunitat Valenciana se sitúa en la franja inferior, con un 45,6 % de inversión privada, once puntos por debajo de la media nacional. Por el contrario, el peso de la inversión realizada por la enseñanza superior (43,4 %) es la más elevada, solo después de Canarias (43,8 %) y Andalucía (43,6 %).
Por último, el tercer reto que destaca el informe se refiere a la mejora necesaria en la cooperación entre agentes e instituciones responsables del impulso a la innovación. Empresas, administraciones públicas y centros de I+D+i (universidades, institutos de investigación y centros tecnológicos) no integran suficientemente sus objetivos y, de esta forma, se limita el potencial que podría tener la I+D+i.
Murcia, Navarra, Cantabria y Castilla-La Mancha son las regiones en las que existe más cooperación, mientras que la Comunitat Valenciana se encuentra ligeramente por encima de la media nacional y ocupa la novena posición.
En cuanto a la cooperación interempresarial, dentro del 20 % de las empresas innovadoras, un 63 % coopera con empresas de fuera de su grupo y solo el 17 % lo hace con empresas del mismo grupo.
Uno de los indicadores que mide el grado de transmisión de resultados de la I+D+i al tejido productivo es el número de patentes registradas. En España la cifra se sitúa en 36 patentes por cada millón de habitantes, solo una tercera parte de la media europea (107 patentes).
Por regiones, la Comunitat Valenciana aparece ligeramente por encima de la media, con 38 patentes por cada millón de habitantes, y despunta Aragón, con 101,9 patentes, seguida de Navarra y Madrid, con 58,8 y 43,6 patentes, respectivamente. En el extremo opuesto se sitúa Canarias, con 8,2 patentes, y Extremadura, con 8,4.