Estos bonos podrían usarse para financiar proyectos de captura y almacenamiento de carbono o la construcción de plantas de cogeneración. Según Yo Takatsuki, director de Análisis Sostenible de AXA Investment Managers, esta nueva clase de activo es “vital” para aquellos emisores que no tienen la capacidad de lanzar bonos verdes, especialmente compañías que operan en industrias intensivas en gases de efecto invernadero, como las de materiales, las de extracción o las químicas.
Los bonos “de transición” que propone la firma francesa facilitarían que los inversores superen el gran desafío de proporcionar capital no solo a las empresas que ya son ecológicas, sino a aquellas que tienen ambiciones de serlo. Para crear un “mercado riguroso” con estos bonos, AXA IM ha desarrollado una serie de guías para ayudar a las empresas potencialmente emisoras, con aspectos como la información que deben suministrar al mercado o la gestión de sus beneficios.