Según un análisis con rentabilidades pasadas realizado por la gestora, las acciones baten a la deuda pública británica y a los activos monetarios a muy largo plazo. Ni en el periodo de diez años ni tampoco en el de 20 años, la renta variable inglesa lo ha hecho mejor que la renta fija. A una década, las acciones británicas han rentado algo más del 3% por año, frente a un 4% de los bonos. No obstante, sí que lo han hecho mejor que las letras y los pagarés, con una TAE negativa en el periodo próxima al -2%. A dos décadas, le ocurre algo similar. La bolsa del Reino Unido ha subido más que los monetarios (un 3%, frente a menos de un 0,5%), pero menos que los bonos (en el entorno del 3,5%).
Para ver una rentabilidad real -descontada la inflación- mayor de las acciones británicas respecto de los bonos y los monetarios al mismo tiempo, habría que irse a un horizonte de 50 años. En ese plazo, las estadísticas de Fidelity muestran que la TAE de las acciones ha estado por encima del 5,5%, frente a un 3% y un 1,2% de los segundos.