Por Philip O'Connor
GELENDZHIK, Rusia (Reuters) - Los futbolistas suecos han dejado atrás las turbulencias de las últimas 36 horas y están listos para enfrentarse a México para cerrar el Grupo F en un partido que deben ganar para poder avanzar en el Mundial.
Tras perder en tiempo de descuento frente a Alemania, el extremo sueco Jimmy Durmaz fue duramente criticado en las redes sociales por la falta cometida que derivó en la victoria germana.
Los comentarios cargados de odio racial en las redes sociales fueron rechazados en duros términos por el plantel sueco, que se mostró muy unido mientras hacía su equipaje antes de dirigirse a Ekaterimburgo para jugar contra México.
"Fuimos un grupo fuerte desde el primer día, y obviamente esto puede ayudar. Teníamos claro después del partido de que esto (los ataques a Durmaz) era inaceptable (...) Lo respaldamos juntos", dijo a periodistas el defensa Pontus Jansson.
Los insultos y las amenazas raciales contra Durmaz fueron trasladados a la policía sueca por la federación en nombre del jugador. Ahora, el conjunto quiere dejar atrás el incidente y la derrota con Alemania.
El partido con México "es como un choque de octavos de final. Es a todo o nada, sabemos que tenemos que ganar. No estamos nerviosos, sabemos que tenemos una gran tarea por delante", dijo Jansson.
Suecia puede clasificarse con una victoria sobre México si Alemania cede puntos ante Corea del Sur. Si ganan Suecia y Alemania, todavía es posible que los suecos puedan avanzar teniendo en cuenta la diferencia de goles con México.
Un empate dejaría a México en lo más alto del Grupo F, pero puede no ser suficiente para que los suecos pasen.
"Normalmente les gusta jugar con una gran presión, les gusta mantener el balón en posesión (...) Ahora tenemos una situación en la que pueden pasar de ronda sin ganar", dijo el cazatalentos sueco Tom Prahl a periodistas.