Por Stephanie Nebehay
GINEBRA (Reuters) - Cerca de un millón de refugiados rohinyás han huido de la violencia en Myanmar, una "situación insostenible" para su vecino Bangladesh, dijo el lunes el enviado de Naciones Unidas al país, haciendo un llamamiento a Myanmar para que les permita volver.
Alrededor de 600.000 personas han cruzado la frontera desde el pasado 25 de agosto, cuando los ataques insurgentes a los puestos de seguridad se encontraron con una feroz contraofensiva del ejército de Myanmar en el estado de Rakhine que Naciones Unidas calificó de limpieza étnica.
"Este es el mayor éxodo de un único país desde el genocidio de Ruanda en 1994", dijo Shameem Ahsan, embajador de Bangladesh ante las Naciones Unidas en Ginebra, en una conferencia internacional de donantes de la ONU.
"A pesar de las afirmaciones que dicen lo contrario, la violencia en el estado de Rakhine no se ha detenido. Miles de personas entran a diario", dijo.
El ministro de interior de Bangladesh visitó Yangon el lunes para buscar una "solución duradera", indicó Ahsan.
Pero Myanmar continuó emitiendo "propaganda que equipara a los rohinyás con inmigrantes ilegales de Bangladesh", explicó Ahsan, añadiendo: "Esta flagrante negación de la identidad étnica de los rohinyás sigue siendo un obstáculo".
Myanmar considera que los rohinyás son apátridas, aunque puedan rastrear la presencia de sus familias en el país por varias generaciones.
La reina de Jordania Rania visitó los campos de refugiados de rohinyás este lunes y pidió una respuesta más contundente por parte de la comunidad internacional a la dramática situación de los rohinyás que huyeron a Bangladesh para escapar de la "persecución sistemática" en Myanmar.
"Uno se tiene que preguntar ¿Por qué se ignora el drama de esta minoría musulmana? ¿Por qué se ha permitido que la persecución sistemática se desarrolle durante tanto tiempo?", preguntó la reina después de recorrer los campamentos.
Naciones Unidas ha pedido 434 millones de dólares para proporcionar ayuda humanitaria a 1,2 millones de personas durante seis meses.
"Necesitamos más dinero para seguir el ritmo de unas necesidades que se intensifican. Esta no es una crisis aislada, es la última fase en un ciclo de persecución, violencia y desplazamiento que lleva décadas ocurriendo", dijo el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, durante las conversaciones.
"Niños, mujeres y hombres huyen de Myanmar y llegan a Bangladesh traumatizados y desamparados", añadió.
"Valoramos que tenemos alrededor 340 millones de dólares donados", dijo Lowcock en la reunión antes del descanso de medio día.
Las nuevas donaciones incluyen 30 millones de euros anunciados por la Unión Europea, 15 millones de dólares por Kuwait, 10 millones de dólares australianos por Australia y 12 millones de libras de Reino Unido.
Reiteró la petición de Naciones Unidas a Mynmar de permitir el "acceso humanitario completo en Rakhine", donde se ha denegado la entrada a los organismos de ayuda.
Myanmar debe "garantizar el derecho a un retorno seguro, voluntario y digno para que los rohinyás puedan vivir en paz con sus derechos humanos respetados en Rakhine" dijo Lowcock.