DUBAI (Reuters) - Un alto cargo de Emiratos Árabes Unidos (EAU) dijo el sábado que si Catar no aceptaba el ultimátum de varios países árabes que imponía un boicot al diminuto país del Golfo, "la alternativa no es una escalada, sino caminos separados".
La lista de demandas de 13 puntos de Arabia Saudí, Egipto, Bahréin y EAU, que Doha ha dicho que no es razonable ni realizable, incluye cerrar la cadena de televisión Al Jazeera, frenar sus lazos con Irán, cerrar una base turca y pagar reparaciones.
"La alternativa no es la escalada, la alternativa es tomar caminos separados, porque es muy difícil para nosotros mantener una agrupación colectiva", dijo el ministro de Estado y Asuntos Exteriores de EAU, Anwar Gargash, a periodistas.
Gargash dijo que la diplomacia seguía siendo una prioridad, pero añadió que los esfuerzos de mediación para resolver la disputa quedaron minados por la revelación pública de las demandas.
"La capacidad de los mediadores para tratar de alcanzar terreno común ha quedado comprometida por esta filtración", dijo. "Su éxito depende mucho de su capacidad de actuación, pero no en el espacio público".
Las demandas están aparentemente dirigidas a desmantelar la política exterior intervencionista de Catar desde hace dos décadas, que ha encendido a sus vecinos árabes.
Gargash dijo que si Catar no cumple con el plazo de 10 días del ultimátum, sería aislada, pero no aclaró qué más se podría hacer, ya que los cuatro países árabes ya han cortado las relaciones diplomáticas con Doha y algunos lazos comerciales.
Kuwait está ayudando a mediar en la disputa, al igual que Estados Unidos, para el que supone un gran test porque Catar alberga una base con la sede de su fuerza aérea en Oriente Medio y 11.000 soldados.
Los países que impusieron las sanciones acusan a Doha de financiar el terrorismo, fomentar la agitación en la región y de estar demasiado cerca de su enemigo Irán. Catar rechaza las acusaciones y dice que está siendo castigado por apartarse del respaldo de sus vecinos a mandatarios autoritarios.
Las inflexibles demandas dejan pocas perspectivas de una rápida solución para terminar rápidamente la mayor crisis diplomática en años entre países árabes suníes del Golfo.