Seis razones para no hacer trading

 | 09.12.2016 12:06

A menudo, en la vida y en el trading, solemos buscar excusas que justifiquen un comportamiento nuestro, ya sea el haber hecho alguna cosa (una decision, una actuacion…) o ya se trate de haber permanecido impasibles y no haber decidido nada.

Siempre podemos buscar un motivo que nos justifique el iniciar o no un camino, el levantarnos o no del sofá, el atrevernos a comenzar a hacer una actividad física o no, el empezar a iniciar o comenzar un nuevo hábito, o un hobby, o una relación con otra persona, o un negocio, o un proyecto… Si por cualquier asomo nos planteamos, por ejemplo, tratar de “movernos”, de decirnos y dar el primer paso, aparece de repente una molesta voz de la falsa conciencia y que nos bloqueará y nos dirá: “no lo hagas, no te atrevas, mejor, quédate donde estás…”.

Recibimos muchas veces correos de personas que dudan, por ejemplo, si comenzar a hacer trading, si empiezan a interesarse con más profundidad y a formarse en condiciones, y con frecuencia, cuando les comentamos que por qué no tratan al menos de intentarlo, suelen darnos algunas de estas razones para no hacerlo:

1) No tengo demasiado dinero. Además, todo el mundo dice que para invertir por cuenta propia y hacer trading hay que tener mucho, o ser prácticamente rico.

Es algo incierto. Hoy en día, con la infinidad de plataformas de brokers de confianza, productos financieros e instrumentos que hay, con un buen uso del apalancamiento financiero, y sabiendo usar bien la gestión monetaria y la cabeza, se puede acceder a cualquier par de divisas, índice, acción o materia prima por muy, muy poco dinero, con un mínimo coste e infinitamente inferior al gasto que cualquier banco nos cobraría hasta por hacer una simple transferencia.

2) Hay que arriesgar demasiado dinero en cada operación y no puedo permitírmelo.

Tampoco es cierto. Para acceder a toda clase de mercados bursátiles no hace falta arriesgarse en exceso -es más, al principio, ni hace falta ni se debe, por supuesto, todo requiere su tiempo- y hoy día, eligiendo bien el broker y la plataforma con la que vayamos a operar, podemos “fraccionar” nuestro riesgo en porciones mucho más pequeñas -minilotes, microlotes…de decenas de céntimos tan solo, pero suficientes para ir aprendiendo y obteniendo en el proceso esa confianza necesaria, y por qué no, una rentabilidad mayor a la que cualquier deposito nos ofrece hoy día.

3) Trabajo mucho y no tengo 12 horas al día para estar todo el rato pendiente de las cotizaciones.

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Hoy en día no es necesario estar “pegado a las pantallas” muchas horas. Ni necesario, ni sano, ni conveniente. Existen tantos tipos de operativas y de formas de operar como de personas, y cada cuál puede y debe escoger la franja o el espacio temporal que mejor se adecue a sus circunstancias y condiciones.

Se puede operar en espacios de tiempo -“time frames”- muy pequeños, de minutos, en una operativa a más corto plazo o intradía, o en espacios superiores, de 1 hora, de 4 hora… o en gráficos diarios, semanales e incluso mensuales.

Sin problema alguno y sin que hacer un tipo u otro de operativa implique tener mayor o menor rentabilidad. Como siempre, todo depende de como se haga, pero el “no tener tiempo”, no es una razón para no intentarlo.

4) No entiendo nada de Economía ni de números, éso es para gente que sepa mucho de esas materias.

No es en absoluto necesario, ni mucho menos… Hemos conocido a alumnos que ni siquiera habían oído hablar en su vida de nada relacionado ni con el trading, ni con la bolsa, ni con la libertad financiera, y que no conocían otro mercado que no fuera el que había en su ciudad, y que han llegado a ser grandes traders, y gente que venía presuntamente con excesiva titulación y han tenido también que modificar alguna de sus “creencias limitantes” adquiridas durante mucho tiempo, para poder adaptarse, con algo de apoyo y alguien que trate de guiarles en su caminar...

El mercado acepta absolutamente a todo el mundo, sin discriminaciones -al que quiera tomárselo en serio, y esforzarse, claro- y el trader, siempre se hace, no nace.

5) Soy demasiado “mayor” para meterme ahora en estos líos. O aún soy demasiado “joven” para empezar.

Tampoco ni la edad, ni el sexo, ni la condición social son razones para hacer o no hacer trading. Si alguien es joven, no solamente tendría que aprender a gestionar sus propios ahorros, sus propias finanzas y sus propias inversiones, sino que debería empezar a hacerlo lo antes posible.

Sobra decir que el sistema actual de pensiones, prácticamente en cualquier país, acabará agotándose, y de cada cuál dependerá formarse para adquirir o no ese colchón económico que luego le permita mayor tranquilidad… Porque de nada le valdrá estar simplemente lamentándose y quejándose de la actuación de los políticos o de los Gobiernos de turno.

Si alguien entiende que ya tiene una cierta edad, aún está a tiempo de tratar de buscar un complemento a su sueldo, a sus ingresos, a su posible pensión. De intentar al menos tener ciertos ingresos recurrentes que le proporcionen una mayor y mejor calidad de vida a él y a su familia. Tratar de luchar por mejorar su capacidad económica. ¿No es una razón suficiente?

6) Con seguir los consejos que me dicen ya es suficiente, en mi entidad bancaria o mi gestor, o quien sea. Mejor fiarme de ellos y no complicarme.

A veces, quien nos cuenta esa presunta “razón”, nos cuenta también que tiene compradas acciones de una determinada empresa hace más de 8 años, aconsejado por el Director de su Banco, y que han sufrido una caída en su cotización de más del 50%, y que no sabe qué hacer con ellas, o que mantiene un Fondo de Inversión que también le recomendaron, con unas minusvalías latentes del -21%, pero que le han dicho que “algún día se recuperará”.

Claro, claro… Y luego dicen que “éso es lo seguro”, y se permiten perder toda esa cantidad de dinero, por recomendaciones ajenas e interesadas ¿Y no es mucho más peligroso y menos dejarse “engañar”, ver como decrecen tus ahorros y no poder ni saber hacer nada?

Además, la tendencia ya en otros países es no solamente la de no retribuir por los saldos de las cuentas bancarias (por los ahorros y los depósitos), sino incluso empezar a cobrar por tener allí el dinero depositado…

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- La decisión es de cada cuál, por supuesto, pero es obvio que acabará sucediendo, igual de obvio es que cada “razón” expuesta anteriormente (y que insistimos que son las que con mucha frecuencia oímos a quiénes se dirigen a nosotros), en realidad lo que viene a ser una “excusa”.

- Y a cada excusa, se le puede refutar o argumentar en el sentido contrario, y encontrar un motivo para hacer algo o escuchar a esa peligrosa voz interior que nos lleva a la inacción y a no hacer nada, a quedarnos como estamos, o a no comenzar ningún nuevo proyecto. Decidir o no decidirse. Esa es la cuestión.

- Siempre ese “enemigo interno” nos puede susurrar que no nos arriesguemos, pero el mejor modo de acallar a esas voces, sería gritarnos en alto a nosotros mismos que sí, que casi todo es riesgo (vivir, hacer trading, comenzar algo nuevo…), pero como a veces nos repetimos, frente al temeroso “y si me arriesgo y pierdo…”, siempre podemos esgrimir el contundente y certero “¿y si me arriesgo… y gano?”

O como decía ese genio llamado M. Benedetti…“Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien".

Las operaciones con instrumentos financieros o criptomonedas implican un elevado riesgo, incluyendo la pérdida parcial o total del capital invertido, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores. Los precios de las criptomonedas son extremadamente volátiles y pueden verse afectados por factores externos de tipo financiero, regulatorio o político. Operar sobre márgenes aumenta los riesgos financieros.
Antes de lanzarse a invertir en un instrumento financiero o criptomoneda, infórmese debidamente de los riesgos y costes asociados a este tipo operaciones en los mercados financieros. Fije unos objetivos de inversión adecuados a su nivel de experiencia y su apetito por el riesgo y, siempre que sea necesario, busque asesoramiento profesional.
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