Actas de la Fed: No controla la curva de rendimiento; malas previsiones económicas

 | 20.08.2020 12:17

La Reserva Federal de Estados Unidos no implementará el control de la curva de rendimiento en un futuro próximo, a juzgar por las actas de la reunión de julio publicadas el miércoles.

Una "mayoría" de los participantes se ha incorporado a la discusión en julio después de que el Comité Federal de Mercado Abierto jugueteara con la idea en junio y pidiera a los miembros que investigaran más. Luego, en la reunión de julio, lo que había sido una agradable bienvenida se convirtió en un rechazo total.

"Muchos participantes juzgaron que los recortes del rendimiento y los objetivos no estaban justificados en el entorno actual", concluían las actas. Los responsables de la formulación de política monetaria consideran que las previsiones a futuro de la Fed sobre los tipos —que permanecerán cerca de cero durante mucho tiempo— han convencido a los mercados y mantienen bajos los tipos a largo plazo.

Además, hay costes y riesgos asociados al control de la curva de rendimiento, lo que implica la compra de bonos para limitar o dirigir el rendimiento según sea necesario. Una política de este tipo podría conducir a una expansión demasiado rápida del balance. Además, sería difícil averiguar cómo comunicar un cambio en la política monetaria y podría enturbiar el mensaje sobre hacia dónde se dirigen los tipos de interés a corto plazo.

Los economistas de la Fed se muestran más desanimados con la economía en la reunión de finales de julio que en la de principios de junio. La previsión sobre el crecimiento del PIB y el descenso del desempleo para el segundo semestre fue "menos robusta" que la previsión anterior, según las actas.

Los economistas del grupo añaden de forma sombría que, dadas las incertidumbres de la pandemia, "una proyección más pesimista no era menos plausible que el escenario de referencia". Este escenario alternativo muestra una aceleración del brote de coronavirus y otro confinamiento a finales de este año, lo que llevaría a un descenso del PIB real, un repunte del desempleo y una renovada presión a la baja sobre la inflación el próximo año. Todo esto lastraría los resultados económicos a medio plazo.