Bitcoin 'vs' oro para momentos de incertidumbre

 | 03.10.2019 10:36

h2 Primero, el Bitcoin/h2

La semana pasada no fue buena para la moneda digital, que sufrió la mayor caída semanal desde noviembre del 2018 llegando a caer a los 8.000 dólares, su nivel más bajo en 3 meses, lo que supone un 40% por debajo de los máximos marcados a finales del mes de junio. Es cierto que desde diversos sectores se siguen lanzando mensajes negativos sobre el lanzamiento de la criptomoneda de Facebook (NASDAQ:FB), alegando que no tendrá viabilidad y que incluso el ministro francés de Finanzas comentó que la Unión Europea no autorizará la nueva moneda.

Pero la caída del Bitcoin no se ha debido a esto, sino a dos razones:

  • Los problemas y trabas continuos para lograr la aprobación de la SEC (regulador del mercado de Estados Unidos) para fondos cotizados en bolsa (ETF) denominados en Bitcon.
  • El lanzamiento y estreno de los futuros sobre el Bitcoin. Si bien la noticia supuso una buena dosis de optimismo porque abría la posibilidad a que entraran grandes inversores institucionales en el sector de las monedas digitales, la cosa finalmente no salió como se esperaba. Y es que los futuros apenas crearon interés entre los inversores en general. Como muestra tenemos que se comercializaron solo 71 contratos en las primeras 24 horas de su lanzamiento y el segundo día 166 contratos.

Así pues, la expectativa que se generó en su momento no se ha materializado.De todas maneras, siguen los mensajes de apoyo para el Bitcoin, como el de Ran NeuNer, fundador y CEO de Onchain Capital, diciendo que cuando la criptomoneda llegue a los 50.000 dólares recogerá parte de los beneficios. Seguramente, ante la posibilidad de una recesión económica a nivel global, el Bitcoin será utilizado por inversores como activo refugio, pero un inversor conservador es preferible que se centre en el oro, el yen japonés o el franco suizo. Técnicamente hablando, pueden ver en el gráfico la formación de un patrón simétrico.

En este tipo de figura chartista el precio se va moviendo dentro del rango de unas líneas convergentes que conforman un triángulo simétrico y horizontal. Por tanto, el precio se encuentra inmerso en un rango formado por dos directrices, una inferior y otra superior, la inferior es alcista y la superior es bajista. De ésta manera, el precio evoluciona dentro de un rango convergente en el que los máximos son decrecientes y los mínimos son crecientes.Se le ha de exigir a esta formación gráfica, para su validez y fiabilidad, que el precio toque como mínimo dos veces tanto la directriz superior como la directriz inferior, cosa que en este caso se cumple. También como criterio de fiabilidad se ha exigir que el precio se mueva dentro del triángulo simétrico hasta los dos tercios (desde el inicio del triángulo hasta su vértice), hecho también cumplido.Para calcular la proyección o el primer objetivo del movimiento del precio cuando rompe el triángulo, hay que coger la distancia equivalente al ancho de la base (que es el inicio del triángulo), proyectando al alza o a la baja según se trate de una rotura por arriba o por abajo. En este caso la proyección venían a ser los 8000 dólares, por lo que el primer objetivo teórico de la caída se ha alcanzado.