China: ¿Un nuevo comienzo?

 | 24.01.2020 15:02

El nuevo acuerdo comercial alcanzado con EE.UU. obligará a China a gestionar sus relaciones comerciales con mayor firmeza. Se trata de un paso en falso tanto para China como para el resto del mundo.

Según el calendario lunar, el Año Nuevo chino está a punto de comenzar: 2020 será el año de la rata. En la cultura china, las ratas se consideran una señal de riqueza y abundancia. Desde luego, parece una descripción acertada del desarrollo que ha experimentado el país en las últimas décadas. Como muestra nuestro Gráfico de la Semana, la contribución de China al producto interior bruto (PIB) mundial se ha multiplicado casi por diez desde 1980, en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA). Actualmente, el país genera aproximadamente una quinta parte del PIB mundial. Casualmente, también representa una quinta parte de la población mundial.

Como siempre, cabe preguntarse cuánto tiempo puede continuar este proceso. La reciente Fase 1 del acuerdo comercial entre China y EE.UU. definitivamente es un arma de doble filo, como ya hemos argumentado en ocasiones anteriores. Por un lado, la tregua resulta claramente positiva, al igual que algunas de las medidas acordadas, como reforzar los derechos de propiedad intelectual en China y eliminar las restricciones sobre la inversión extranjera, lo que se extiende a los servicios financieros. Sin embargo, el hecho de que el acuerdo fije objetivos cuantitativos para las compras chinas de bienes y servicios estadounidenses probablemente consolidará aún más el control del gobierno sobre la economía china. Además, la resolución de los conflictos sobre cuestiones tecnológicas en áreas como la inteligencia artificial, considerada crucial para la futura competitividad de ambos países, sólo se ha pospuesto. A corto plazo, el brote de coronavirus podría empeorar las cosas.

"A lo largo de la última década, China ha continuado registrando grandes avances", afirma Johannes Müller, Head of Macro Research en DWS (DE:DWSG). "Ha logrado reducir su dependencia del crecimiento basado en la inversión y en las exportaciones, al tiempo que impulsaba el consumo, los servicios y el desarrollo sostenible. Sin embargo, en lugar de seguir avanzando hacia una economía de mercado normal, ahora se ve obligada a gestionar sus relaciones comerciales con mayor firmeza. En nuestra opinión, se trata de un paso en falso tanto para China como para el resto del mundo".