Cocktail explosivo para las cuentas de resultados

 | 11.10.2021 16:09

Suele atribuirse a Göbbels la frase: “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. La realidad es que los dos principales bancos centrales a ambos lados del Atlántico no han dejado pasar la oportunidad de insistir en la idea de transitoriedad de la inflación. Sea verdad o no que la inflación vuelva a la senda del objetivo del 2% en los próximos meses como defienden Lagarde y Powell, los mercados cada vez se creen menos su retórica. Al menos, eso es lo que subyace bajo la subida generalizada de la rentabilidad de la curva de tipos. A diferencia de lo ocurrido en ocasiones anteriores en que la renta fija recogía positivamente los comentarios de los responsables de los bancos centrales, los inversores de bonos están reaccionando con duras ventas de los tramos medios y largos de la curva de tipos. Recordemos que la rentabilidad del T-Note a 10 años cerró el viernes en el 1,61%, y la del Bund alemán en el -0,11%, muy alejados del 1,28% y el -0,34% de mediados de septiembre.

El endurecimiento de las condiciones financieras puede traer consigo consecuencias muy negativas para unas compañías que además tienen que lidiar con el riesgo de estrechamiento de sus márgenes empresariales derivados de los retrasos en las entregas de suministros y el encarecimiento generalizado de las materias primas, del coste por hora de sus trabajadores y de su factura energética que todavía no está claro que puedan repercutir a sus clientes. Tomados individualmente, cualquiera de estos factores requiere ser gestionado activamente por las compañías pero, en conjunto, forman un cocktail explosivo que puede hacer saltar por los aires de las compañías más expuestas.

En relación con la factura energética, nos parece interesante destacar el estudio “El Coste de la Electricidad para las Empresas Españolas” realizado por M. Matea Rosa, F. Martínez Casares y S. Vázquez Martínez que se publicó en el Boletín Económico del Banco de España del mes de enero. En él, se concluye que la industria extractiva, seguida de las empresas manufactureras de bienes intermedios son las que realizan un consumo más intensivo de electricidad, representando su coste entre un 2,3% y un 3,4% de su facturación y, por tanto, son las más expuestas al riesgo de incremento del coste de la energía -exposición que aumenta cuanto menor es el tamaño de la compañía.

Pero volvamos a la evolución del coste del dinero puesto que, en la cuenta de resultados de una compañía media, el coste financiero suele tener un peso más significativo, máxime en una situación como la actual en la que el apalancamiento del sector privado equivale al 133% del PIB en la Unión Europea y al 109% en EE. UU. En este sentido, consideramos fundamental conocer el posicionamiento de los inversores institucionales.

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Fijémonos en los T-Notes con vencimiento a 2 y 10 años, cuyas rentabilidades a cierre del viernes pasado eran del 0,32% y 1,61%, respectivamente. En el primero de los casos, los inversores institucionales están comprados desde finales de junio, apostando por una caída de su rentabilidad por debajo de 0,24%. En el tramo más largo, el de 10 años, mantienen una posición vendida en 1,40%, esperando que la rentabilidad continúe aumentando en las próximas semanas. Su expectativa puede resumirse, por tanto, en un steepening de la curva. Sin embargo, desde hace tres semanas, las rentabilidades a prácticamente todos los vencimientos (también los cortos) se están incrementando, lo que demuestra la tensión existente entre los inversores. De mantenerse en el tiempo esta tendencia, puede derivar en un deterioro significativo de las expectativas de los resultados empresariales.

Pensamos que los efectos adversos de estos factores se dejarán ver sobre todo a partir del cuarto trimestre, pero dado que estamos a punto de comenzar la temporada de publicación de resultados, nos ha parecido pertinente poner esta cuestión encima de la mesa.


Flujos netos de efectivo

Según datos de FactSet (NYSE:FDS), la semana pasada se produjo una tímida entrada neta de efectivo por valor de 558 millones de dólares en ETFs de renta variable americana, que contrasta con los 2.840 millones recibidos por ETFs de renta variable internacional, donde es probable que los referenciados a fondos asiáticos hayan sido los mayores beneficiados. Los datos de Refinitiv Lipper reflejan por tercera semana consecutiva una nueva salida neta de fondos de renta variable americana, esta vez por valor de 3.962 millones de dólares. Los fondos de renta variable internacional habrían recibido 1.234 millones de dólares, mientras que de la renta fija habrían salido más de 2.800 millones.

En el mercado de derivados, destacamos la reducción de la exposición a renta variable en un 4,6%, fundamentalmente como consecuencia del cierre del 4,3% de las posiciones en el S&P500, el índice de renta variable más significativo de la cartera, mientras ha aumentado el peso de la renta fija en un 2,9%. El oro ha incrementado su peso en un 0,9%.


Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial

La FRT de los índices de volatilidad sigue estando en zona lateral-alcista, lo que denota un cierto riesgo inherente en el mercado, a pesar del rebote experimentado. En conjunto, los índices de renta variable han mejorado su FRT, aunque continúa lejos de la zona de tendencia alcista. Las cryptos se mantienen muy fuertes, entrando claramente en zona alcista, igual que las materias primas. Los Metales Preciosos han pasado a zona lateral-alcista, mientras que tanto Energía y Alimentación presentan una FRT por encima de 50.