Cómo beneficia la ventaja comparativa, según Fisher Investments España
Fisher Investments España | 01.07.2022 10:41
En la economía moderna, son relativamente pocos los bienes que se producen enteramente con insumos y mano de obra procedentes de un solo país: la cadena de suministro es totalmente global y muy compleja. Ahora, sin embargo, las interrupciones de la cadena de suministro vinculadas a los cierres y reaperturas de la COVID y otras limitaciones hacen que algunos analistas a los que sigue Fisher Investments España se cuestionen si los beneficios del comercio global compensan los costes. Creemos que, en primer lugar, vale la pena analizar por qué las naciones comercian entre sí, para ilustrar las contribuciones del comercio mundial al crecimiento global, y los beneficios conexos que suponen para los inversores con mentalidad global.
En opinión de Fisher Investments España, la ventaja comparativa —una teoría económica de la que fue pionero el economista británico del siglo XIX David Ricardo— es la base del comercio mundial. La ventaja comparativa describe la capacidad de un país para producir un bien o servicio a un coste de oportunidad más bajo (la pérdida de un beneficio potencial que se recibiría si se eligieran otras opciones). Significa que, al centrarse en el ámbito en el que su producción es más eficiente, un país renuncia a menos para producir un bien o servicio de lo que haría otro país.
Para ilustrar los beneficios mutuos del comercio internacional, Ricardo puso el siguiente ejemplo en su libro Sobre los principios de la economía política y la fiscalidad: Portugal e Inglaterra producen cada uno vino y tela de igual calidad[1]. Portugal produce ambos bienes de forma más eficiente (es decir, con menos mano de obra) que Inglaterra, por lo que tiene una ventaja absoluta en la producción de cada uno de ellos. Sin embargo, Portugal produce vino de forma más eficiente que tela. A la inversa, Inglaterra produce más eficientemente el paño que el vino. Ricardo sostiene que Portugal tiene una ventaja comparativa en la producción de vino, mientras que Inglaterra tiene una ventaja comparativa en la producción de tela. Al comerciar entre sí, ambos países acabarían teniendo más tela y vino a un coste menor que si produjeran cada bien a nivel nacional. ¿Cómo? Cada país podría centrarse en lo que produce de forma más eficiente e intercambiarlo para obtener el resto. Portugal podría producir más vino renunciando a su producción de tela menos eficiente, mientras que Inglaterra podría producir más tela y renunciar a su producción de vino menos eficiente.
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La teoría de la ventaja comparativa se aplica también a la economía actual. En el ámbito nacional, tomemos el caso de París y Oyonnax, en Francia. Oyonnax es un municipio rural en una zona conocida como el “Valle del Plástico” debido a la industria nacional de plásticos de la región[2]. Teniendo en cuenta que en Oyonnax solo viven 20.000 personas, ¿por qué no es París —cuya fuerza de trabajo es mucho mayor, de más de 2 millones de personas— la que produce el plástico en Francia?[3] Fisher Investments España cree que la ventaja comparativa ayuda a explicarlo. París podría producir plástico, ¡incluso podría hacerlo mejor! Pero París tiene una ventaja comparativa en otros bienes y servicios, por lo que centrarse en el plástico puede desviar los recursos parisinos de otras industrias más lucrativas desde el punto de vista financiero (por ejemplo, el turismo). Oyonnax renuncia a menos para producir plástico, por lo que su ventaja comparativa con respecto a París es el plástico.
Para observar la ventaja comparativa a escala internacional, véase Suiza. Aproximadamente el 74 % de su producto interior bruto (PIB, una medición gubernamental de la producción económica) de 2021 procedía de su sector de servicios, mientras que su sector agrícola contribuía con menos del 1 %[4]. Suiza podría centrar sus esfuerzos productivos en la agricultura, pero el país tiene solo 41.285 kilómetros cuadrados, es decir, una superficie diminuta. Además, los Alpes cubren casi el 60 % del territorio[5]. La geografía limitada y montañosa dificulta la agricultura a gran escala, por lo que esta conlleva un elevado coste de oportunidad. Los sectores de servicios, como la banca suiza o sus servicios inmobiliarios, tienen costes de oportunidad más bajos[6]. No requieren un uso tan intensivo de la tierra y aprovechan la ubicación centroeuropea de Suiza y su mano de obra altamente cualificada, lo que la convierte en un centro de servicios competitivo.
Suiza puede satisfacer gran parte de sus necesidades agrícolas a través de las importaciones. En 2019, el mayor proveedor individual de importaciones alimentarias suizas fue Holanda, una nación relativamente plana y templada[7]. Los Países Bajos son el segundo exportador mundial de productos agrícolas (después de Estados Unidos)[8]. Aprovecha su ventaja comparativa (geografía plana) al igual que Suiza (ubicación central). Por supuesto, el comercio no se limita a dos participantes, sino que tiene lugar en todo el mundo, entre muchas naciones, provincias, empresas e individuos, todos al mismo tiempo.
En nuestra opinión, la ventaja comparativa también beneficia a los inversores particulares. Creemos que es la base del comercio global, que contribuye al crecimiento económico mundial mediante el aumento de la eficiencia y la reducción de los costes. Fisher Investments España considera que el comercio mundial es un factor económico positivo y que los inversores pueden beneficiarse del crecimiento impulsado por el comercio invirtiendo a nivel mundial. Dado que muchos países desarrollan la concentración y la experiencia en sectores e industrias de renta variable a través de la especialización, creemos que una cartera global proporciona la exposición más amplia. Los inversores pueden beneficiarse de ello analizando la ponderación de los diversos sectores e industrias de un determinado país para averiguar cuáles tienen más peso en la región. Eso puede ayudar a descubrir en qué se especializa ese país, de qué carece y, por tanto, en qué ámbito requiere una mayor diversificación. Sí, el comercio mundial puede crear ganadores y perdedores. La competencia extranjera puede desplazar a las industrias y los puestos de trabajo nacionales, y no le restamos importancia a esas pérdidas. Sin embargo, nuestros análisis concluyen que cuando las naciones se centran en sus respectivas ventajas comparativas, se beneficia un mayor número de personas y empresas. Fisher Investments España cree que esto ayuda a explicar por qué existe el comercio global, y por qué sus beneficios pueden contribuir al crecimiento de la cartera individual.
No se pierda las últimas noticias y perspectivas de los mercados de Fisher Investments España:
[1] On the Principles of Political Economy and Taxation. David Ricardo, 1817.
[2] “In an Industrial Corner of France, 18,000 Jobs Are On Offer. Why Aren’t People Taking Them?” Liz Alderman, The New York Times, 27/7/2019.
[3] Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos. Población de Oyonnax y París (respectivamente) 2019, consultado el 9/5/2022.
[4] "Economía Suiza - Hechos y cifras". Confederación Suiza, consultado el 9/5/2022.
[5] "Geografía - Hechos y cifras". Confederación Suiza, consultado el 9/5/2022.
[6] Fuente: FactSet (NYSE:FDS). Basado en "Actividades de servicios financieros" y "Actividades inmobiliarias, profesionales, científicas y técnicas" de Suiza, en porcentaje del PIB de 2021, a 9/5/2022.
[7] Fuente: World Integrated Trade Solution, a 9/5/2022.
[8] Agricultura y Horticultura – Gobierno de los Países Bajos, consultado el 9/5/2022.
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