¿Desea mejorar sus inversiones? Compre en todo el mundo

 | 17.04.2019 09:58

Si lee revistas, ve las noticias o simplemente participa en redes sociales, seguramente será consciente de que el mundo nunca ha estado más interconectado. Sin embargo, no se trata de un fenómeno nuevo: en el ámbito económico y a medida que avanzan los años, el mundo cada vez más es más pequeño. Por desgracia, muchos inversores están empezando a intuir sus efectos, pero, por más que los reconozcan, siguen sin invertir en el extranjero. De ello, se desprende que muchos están perdiéndose algunas de las mejores oportunidades del mundo.

Una de las razones que se argumentan para no invertir a escala mundial es que se considera que las acciones extranjeras son más arriesgadas que las nacionales. Persiste un miedo inherente a lo desconocido que olvida que el riesgo real es el de perderse todas las oportunidades que ofrece el planeta y concentrarse demasiado en un solo país. Para la mayoría de los inversores, la lógica de la diversificación es intuitiva: repartir el riesgo entre varios países puede servir de protección frente a las crisis, corrientes generales u otros eventos que afectan severamente a un mercado concreto.

Los mercados bursátiles son globales desde siempre

A pesar de que hace solo unas décadas no se percibía así, la conexión entre las economías abiertas es más que evidente hoy: lo que sucede en un país desencadena efectos apreciables en otro. Esta idea vale también para los mercados bursátiles que, si bien pueden diferir en resultados, rara vez lo hacen en la dirección de sus tendencias. De hecho, cuando se mueven de manera dispar, a menudo se alinean rápido.

Tal como sugiere la teoría financiera, todos los índices bien formulados deberían alcanzar unas rentabilidades similares a largo plazo. Desde que la información disponible es fiable, esta indica que los mercados desarrollados no estadounidenses han cosechado una rentabilidad anualizada del 9,1%, frente al 10,2% del norteamericano. La figura 1 muestra la estrecha relación entre dos índices bursátiles generales a lo largo de casi 50 años de historia, el S&P 500 y el MSCI EAFE, que representan a EE.UU. y al resto del universo desarrollado respectivamente.

Figura 1: La rentabilidad anual de los índices S&P 500 y MSCI EAFE muestra una estrecha correlación