Dólar estadounidense: Riesgo tiende a la baja; mercado espera informe de inflación

A pesar de que la postura algo pesimista de los miembros de la Reserva Federal provocó un repunte de los activos de riesgo la semana pasada, el índice del dólar estadounidense también experimentó un repunte parcial, alcanzando un máximo cercano a 106. Tras enfrentarse a la resistencia de este nivel, el billete verde se estancó, ya que los inversionistas adoptaron una postura cautelosa antes de la publicación de los próximos datos de inflación en EE.UU..

Tras el cierre del mercado el viernes, la agencia internacional de calificación crediticia Moody's rebajó la perspectiva de la calificación crediticia del país de estable a negativa, citando mayores riesgos a la baja para la fortaleza fiscal de EE.UU., lo que provocó una subida parcial de los bonos estadounidenses a largo plazo. Moody's predice que el déficit fiscal de EE.UU. persistirá en niveles elevados, y la solvencia de la deuda podría debilitarse significativamente sin medidas eficaces de política fiscal para reducir el gasto público e impulsar los ingresos, especialmente con los elevados tipos de interés vigentes.

A pesar de estos acontecimientos, la inflación sigue siendo un punto de atención para el mercado. La Reserva Federal sigue advirtiendo de que cualquier deterioro de la tendencia a la baja de la inflación y de los sólidos datos de crecimiento podría provocar una nueva subida de las tasas de interés. La yuxtaposición de las tensiones financieras debidas a los elevados costos de financiamiento y la firme postura de la Reserva Federal contra la inflación subraya la importancia crítica de los próximos datos de inflación.

Mañana, los datos de inflación de octubre en EE.UU. bajarán del 3.7% al 3.3% interanual, mientras que se prevé que la inflación subyacente se mantenga estable en el 4.1%. Los últimos datos estadounidenses revelan signos de debilitamiento de la actividad económica en el país, lo que concuerda con la expectativa de una tendencia a la baja sostenida de la inflación. En consecuencia, si los datos del Índice de Precios de Consumo (IPC) se alinean con las expectativas o caen por debajo de ellas, podría impulsar el apetito por el riesgo y aliviar la presión sobre la Reserva Federal.

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Por el contrario, una desviación con respecto a las expectativas podría inducir a la Fed, que actualmente mantiene una postura vigilante, a retomar una retórica más dura, lo que podría provocar un aumento significativo de la demanda de dólares.

A la luz de los últimos acontecimientos, el índice del dólar sigue estando técnicamente bajo presión. El DXY entró en una tendencia de retroceso gradual después de girar la tendencia alcista plana en octubre, encontrando resistencia en 107. Desde octubre, el índice sigue encontrando apoyo en 105.3, mientras que el nivel de 106 tiende a convertirse en una nueva zona de resistencia.

Si el IPC estadounidense sigue debilitándose, se reforzará la opinión de que la Fed podría cerrar el año dejando las tasas de interés sin cambios y podríamos ver que el DXY se desplaza por debajo de 105 y fija su nuevo soporte en los niveles de 104.25 en una tendencia de retroceso gradual. Cualquier otra cosa tendría el efecto de debilitar el apetito por el riesgo y podría aumentar la demanda de dólares, aumentando así la posibilidad de que el índice dólar vuelva a probar el máximo de 107 alcanzado en 2023.