El accionista olvidado: Cómo detectar la desconexión directiva

 | 11.09.2023 18:09

En el mundo de las inversiones, existe un término llamado "bandera roja".
 
Imagina que estás en una carrera, y de repente ves una bandera roja flameando en el horizonte.
 
Esa bandera roja no significa felicidad, sino peligro.
 
Te advierte que algo no está bien en la empresa en la que estás invirtiendo (o pensando en invertir).
 
Un inversor sabio, como Warren Buffett, nos aconseja invertir en empresas que sepamos entender, en gente en la que confiemos y a un precio que tenga sentido.
 
Cuando te encuentras con banderas rojas en el liderazgo de una empresa, debes detenerte y prestar mucha atención.
 
Estas banderas rojas son señales de advertencia de que los líderes de la empresa podrían no ser honestos ni transparentes con los accionistas.
 
La confianza en la administración es como el cimiento de un edificio: si es débil, todo lo demás puede derrumbarse.
 
Una bandera roja importante es la falta de transparencia.
 
Si la empresa no brinda información clara sobre sus finanzas y decisiones, eso es motivo de preocupación.
 
Además, si los líderes tienen un historial cuestionable o están involucrados en escándalos previos, eso es otra bandera roja.
 
Los conflictos de intereses son otra señal.
 
Si los ejecutivos están tomando decisiones que solo benefician a ellos mismos, eso no es bueno para los accionistas.
 
También, si la empresa hace afirmaciones exageradas o engañosas, eso es una bandera roja ondeando en el viento.
 
No olvidemos los cambios frecuentes en la dirección.
 
Si la empresa cambia constantemente a sus altos directivos, eso podría indicar problemas internos.
 
Como dice Buffett, la regla número uno en la inversión es no perder dinero, y la regla número dos es no olvidar la regla número uno.
 
Invertir en empresas con banderas rojas en su liderazgo puede poner en peligro esa regla número uno.
 
La semana pasada, Enbridge, Inc. (NYSE:ENB) tuvo un mal gesto con sus accionistas.
 
Esta empresa opera en el sector de servicios públicos y tiene grandes planes para el futuro.
 
Los directivos de Enbridge habían compartido su visión a largo plazo de convertirla en la principal distribuidora de gas de la región.
 
Además, siempre dejaron en claro su compromiso de generar un valor constante para los accionistas en este proceso de expansión.
 
Hasta ese momento, habían cumplido sus promesas, y celebramos sus decisiones, como la reciente reducción de su deuda.
 
Sin embargo, el martes pasado ocurrió algo inesperado.
 
Dominion (BME:DOMI) Energy, Inc. (D) una de las principales empresas de servicios públicos en la misma región, estaba vendiendo algunas de sus unidades de negocio para reducir su deuda.
 
Lo que nos llamó la atención fue que Enbridge decidió comprar tres de estas empresas de Dominion Energy por un total de 14.000 millones de dólares.