El BCE, prudente para evitar una rabieta, anuncia el final del QE

 | 15.06.2018 11:30

Darrell Delamaide

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, se ha esforzado mucho para evitar una rabieta por la reducción de liquidez al anunciar la finalización del programa de compra de activos del banco el jueves. Su repetición casi como un mantra de "un amplio grado de relajación monetaria" durante la rueda de prensa del BCE tras la reunión del consejo del banco central estaba claramente destinada a tranquilizar a los inversores.

El BCE, que originalmente había dicho que sus compras de activos continuarían al menos hasta septiembre, decidió reducir momentáneamente su compra de bonos hasta 15.000 millones de USD frente a los actuales 30.000 millones de EUR al mes durante los últimos tres meses del año, antes de poner fin a la compra definitivamente el año que viene. Pero el banco central seguirá reinvirtiendo los pagos principales de los valores de vencimiento "por un período prolongado de tiempo", dijo Draghi, y en todo caso "el tiempo necesario" para mantener un amplio grado de relajación monetaria.

En cuanto a los tipos de interés, permanecerán sin cambios "al menos" hasta pasado el verano de 2019, explicó. Al preguntarle sobre la posibilidad de una subida después, Draghi repitió "al menos" con mucho énfasis. La clave para él es que los tipos permanecerán inalterados "el tiempo necesario" para asegurarse de que la inflación realmente coincide con el objetivo del 2% fijado por el banco.

El euro se vio algo debilitado tras conocerse la inminente finalización de la compra de activos, pero enseguida comenzó a caer más bruscamente frente el dólar. Mientras tanto, las bolsas europeas han subido en general pues el mensaje del banco central les ha parecido prudente.

Cuando fue interrogado por un entrevistador que dijo que el BCE estaba abandonando las compras de activos antes de que la inflación alcanzara su objetivo, Draghi respondió que los niveles actuales son mucho mayores que hace dos años y que el consejo confía en que el crecimiento es lo suficientemente fuerte como para mantener la inflación rumbo a su objetivo. Dada la ralentización del primer trimestre, el personal del BCE revisó a la baja la previsión de crecimiento del PIB para este año del 2,4% al 2,1%, y mantuvo inalteradas las previsiones del 1,9% para 2019 y el 1,7% para el año 2020.

Las previsiones del personal en cuanto a la inflación de la eurozona son del 1,7% para este año, así como para los dos años siguientes. Sin embargo, como el BCE es muy vulnerable a los datos nuevos y la inflación, esto podría estar sujeto a cambios. De hecho, la previsión actual para 2018 y 2019 se ha revisado al alza debido a la subida de los precios del petróleo.

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Al comienzo de su comparecencia, Draghi criticó a algunos miembros de la zona euro por no observar las normas y tratados existentes. Los países con una deuda elevada tienen que centrarse en la "reconstrucción de los topes fiscales", dijo.

En un discurso que parecía dirigido a Alemania, instó a una "composición de las finanzas públicas más favorable al crecimiento", haciéndose eco de las declaraciones de otras instituciones que afirmaron que Alemania debería hacer más para estimular la inversión y el consumo, incluso aunque eso signifique alejarse de un presupuesto equilibrado. Además, su mención a la importancia del "procedimiento de desequilibrio macroeconómico" ha sido un ataque velado a los persistentemente elevados superávits de cuenta corriente de Alemania en violación de esas reglas de desequilibrio.

Como de costumbre, el presidente del BCE prefirió responder a las preguntas volviendo a su discurso inicial. Sin embargo, respondió con cierta pasión a las reiteradas preguntas sobre el futuro del euro. Cuando se le preguntó sobre la incertidumbre que plantea el nuevo Gobierno de Italia, Draghi, exgobernador del banco central italiano, dijo que no deberíamos dramatizar con los cambios en el ámbito político. En la zona euro hay 19 países miembros, de modo que vamos a vivir 19 elecciones en el transcurso de los próximos años.

De hecho, estas elecciones podrían suscitar diferencias de opinión que deben discutirse, dijo. "Pero estas diferencias se discutirán en los tratados existentes", subrayó Draghi. Incluso los cambios a los tratados deben debatirse en el marco de los acuerdos actuales.

Sí que se mostró más susceptible, sin embargo, cuando se le preguntó una segunda vez sobre su afirmación de que el euro es "irreversible". Esto ocurría después de que un periodista puntualizara que incluso en Alemania se preguntaban si los países deberían poder salir del euro al igual que pueden salir de la propia Unión Europea. Draghi respondió básicamente que no tenía sentido discutir la existencia de algo que es irreversible. Como la periodista se quedó esperando a que siguiera hablando, Draghi terminó la discusión diciendo lacónicamente: "eso es todo".