El cuento del trader japonés

 | 10.02.2017 15:48

En una aldea situada al norte de Nagano, en Japón, vivía un zapatero artesano llamado Heiken Ashi. Estaba casado con Simpatía, una preciosa mujer que desbordaba alegría. Ambos trabajaban duramente y eran felices, pero Heiken quería progresar, dar un paso más.

Un buen día estaba en la taberna tomando un té verde con su vecino, de nombre Ingenuo. Este era transportista y a diario viajaba a la ciudad. Comentando las inquietudes de Heiken, su amigo le contó que conocía a una mujer en Nagano, se llamaba Fantasía y se dedicaba a los negocios. Ella era muy vivaracha e iba contando a todo el mundo que en la ciudad era muy fácil vender. Comentaba que había muchos mercados donde hacerlo y ella conocía gente que podía prestar ayuda.

  • – ¿Qué te parece si te llevo a conocerla? – preguntó Ingenuo.
  • – ¡Me parece fantástico! – exclamó el zapatero entusiasmado con la idea de su amigo.

A los pocos días se presentaron en la ciudad. Acudieron al centro, allí estaba la oficina de Fantasía. Aquella mujer vestía muy bien y olía mejor, tenía incluso un toque atractivo. Tras las presentaciones, decidieron ir a dar un paseo. Apenas salir del despacho, la mujer dirigió su mirada a los ojos de Heiken y comenzó a hablar sin descanso.

  • – Me contó Ingenuo que eres un buen profesional y buscas alternativas de negocio. Me alegro que hayas venido, porque aquí en la ciudad, existen muchas oportunidades. Podrías comerciar tus productos en cualquiera de los muchos mercados que existen. Hay uno por cada barrio, pero los que más están de moda son el mercado del barrio del Futuro, el del Cefedé y, el que tiene más aceptación, el del barrio del Forex. Te preguntarás cuál es el mejor, todos son muy buenos. Puedo conseguirte facilidades para montar tu puesto en cualquiera de ellos, incluso te animo a instalarte en varios mercados de forma simultánea, así podrás incrementar tus ventas y los beneficios. ¿Qué te parece? – preguntó Fantasía.
  • – Pues suena muy bien. – contestó Heiken con los ojos abiertos como platos – . Lo que ocurre es que vengo de una aldea y no tengo conocimientos ni experiencia para desenvolverme en la ciudad.
  • – Eso no es ningún problema. – se apresuró la señora -. Tengo unos amigos que pueden ayudarte. Puedes llamarlos cuando quieras. Te presentaré a uno que tal vez no le entiendas muy bien, pero es muy simpático. Es italiano y se llama Fibonacci. Él sabe detectar los momentos ideales para poner ofertas, captar la atención de los clientes y vender más.

Obtenga la app
Únase a los millones de personas que se mantienen al tanto de los mercados financieros mundiales con Investing.com.
Descargar

Una semana más tarde, Heiken viajó a la ciudad con su empleada, una joven aldeana llamada Alegría. Acudieron al mercado del barrio del Forex. Allí le esperaba Fantasía con una mujer y un hombre.

  • – Hola Heiken. – Saludó Fantasía de forma entusiasmada -. Mi amigo italiano no ha podido venir, pero te he traído a estos dos que te ayudarán. Estoy segura que con ellos a tu lado vas a vender muchísimo. Ella se llama Media Movil y él es MacD. No te preocupes si no entiendes muy bien a MacD, es americano y no habla muy bien nuestro idioma. Tan sólo obedece sus señales y déjate llevar.
  • – Encantado de conocerles. – saludó Heiken a sus nuevos ayudantes -.

Por aquel mercado pasaba mucha gente, pero al puesto de Heiken se acercaban pocos. En ocasiones muy puntuales se saturaba de clientela, pero no lograba vender lo suficiente para cubrir los costes. Al cabo de unos días, se dio cuenta que las cosas no funcionaban nada bien. Había comenzado con la ayuda de MacD y Media Móvil, pero unos días más tarde, le dijo a MacD que no viniera, al poco tiempo Media se trajo a su hija, pero ni con las dos Medias conseguía vender. El zapatero consiguió fichar a Fibonacci, pero tampoco era regular la venta de calzado.

Su empleada, Alegría, se puso mala y dejó de acompañarle al mercado. Heiken cambió de ubicación su puesto, pero no lograba obtener beneficios. Un día lluvioso pasó un señor ante la caseta de Heiken y se quedó mirando el calzado. El hombre tenía un semblante serio y triste, se llamaba Frustración. A partir de aquel momento hacía su visita diaria, lo curioso es que aparecía cuando no había ningún cliente, algo que a Heiken le transmitía desánimo.

Tras probar con varios empleados y diferentes ubicaciones en el mercado del Forex, decidió hablar con Fantasía y probar en el mercado del barrio del Cefedé. No logró mejorar los resultados y no pasaba por un buen momento. El equipo había aumentado. Sus últimos fichajes fueron dos mujeres, Ansiedad y Codicia. Ambas se pasaban el día cotilleando entre sí y no hacían mucho caso a su jefe.

Heiken tenía pleno apoyo de su mujer Alegría y decidieron pensar en grande, comenzar a simultanear la venta en dos mercados. Se presentaron en el mercado del barrio de Acciones y montaron una caseta permanente. Contrataron al hermano de Fibonacci y a Volumen, un especialista en detectar cambios en los flujos de clientes. Heiken solo se acercaba una vez a la semana por Acciones a ver qué tal iba el negocio, pero sin querer, influía en las decisiones de sus trabajadores y a la larga el negocio era un desastre.

Meses después de haber comenzado su aventura en la ciudad, Heiken había tocado fondo. Estaba decaído, los negocios de la ciudad le quitaban el sueño. Un día decidió salir a caminar y recorrer todos los mercados de la ciudad, calle a calle y puesto a puesto. Detectó que en cada uno de ellos, había un puesto gigante, llamado Algoritmo Pro. Este tenía la capacidad de influir no sólo en las modas, sino en el tipo de calzado que se debía vender en cada momento. Además podía adaptar sus precios a la oferta y la demanda y manipular al resto del mercado. Entonces comprendió que todos los demás comerciantes estaban a expensas de lo que Algoritmo Pro quisiera hacer.

Heiken sabía que había una persona que podía ayudarle, un anciano llamado Formación. Este había estudiado mucho y sabía cómo funcionaban por dentro los mercados de Nagano, así como los flujos de mercancía y clientes. Se acercó a visitarle y comenzaron a conversar.

  • – El mercado y sus condicionantes, – comenzó a hablar el Señor Formación -, son controlados por tres personas; Algoritmo, Institución y un inglés muy pillo llamado Broker. Tienen el músculo financiero necesario para ofertar los productos que deseen en el momento que más les interese, sin avisar. Acaban cogiendo desprevenidos al resto de comerciantes. Pero hay una cosa buena, en muchas ocasiones son predecibles, dejan huella y, frecuentemente, actúan de forma similar.

Mientras Heiken atendía asombrado, el anciano continuó su explicación.

  • – Verás, has de estudiar el comportamiento de estos personajes, dedícale tiempo, ten paciencia, anota sus movimientos y averigua de qué forma podrías aprovecharte de ello. Selecciona el lugar, el horario, el tipo de producto que vas a vender y las diferentes técnicas que vas a utilizar. Realiza un plan de ejecución y lleva un diario donde registres de las ventas y todo aquello que creas relevante tener en cuenta. Y muy importante, cuando tengas algún problema, pide ayuda. Puedes venir a hablar conmigo cuando quieras.

Heiken comprendió el mensaje e hizo caso al Señor Formación. Estudió cómo funcionaban los mercados y trazó una estrategia. Comprendió que el tipo de calzado que vendía, le gustaba a la clientela del mercado del barrio de Acciones. También descubrió que la gente lo compraba las semanas de más frío, y sobre todo, los fines de semana. Seleccionó un lugar cercano a la entrada sur del mercado, al lado del gigante Algoritmo Pro y decidió contar con la ayuda de un vecino de Formación, se llamaba Ichimoku.

Costó mucho conseguir clientela, pero dejó correr la estrategia sin apenas hacer cambios. Contrató a una nueva dependienta llamada Confianza, también regresó Alegría y poco a poco llegó a sentirse en sintonía con su negocio y consigo mismo.

Esta historia busca transmitir los conceptos y emociones que un aspirante a trader acabará viviendo. Tal vez lo tomes a broma, pero antes o después te encontrarás con todos los personajes de la misma.

Las operaciones con instrumentos financieros o criptomonedas implican un elevado riesgo, incluyendo la pérdida parcial o total del capital invertido, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores. Los precios de las criptomonedas son extremadamente volátiles y pueden verse afectados por factores externos de tipo financiero, regulatorio o político. Operar sobre márgenes aumenta los riesgos financieros.
Antes de lanzarse a invertir en un instrumento financiero o criptomoneda, infórmese debidamente de los riesgos y costes asociados a este tipo operaciones en los mercados financieros. Fije unos objetivos de inversión adecuados a su nivel de experiencia y su apetito por el riesgo y, siempre que sea necesario, busque asesoramiento profesional.
Fusion Media quiere recordarle que la información contenida en este sitio web no se ofrece necesariamente ni en tiempo real ni de forma exacta. Los datos y precios de la web no siempre proceden de operadores de mercado o bolsas, por lo que los precios podrían diferir del precio real de cualquier mercado. Son precios orientativos que en ningún caso deben utilizarse con fines bursátiles. Ni Fusion Media ni ninguno de los proveedores de los datos de esta web asumen responsabilidad alguna por las pérdidas o resultados perniciosos de sus operaciones basados en su confianza en la información contenida en la web.
Queda prohibida la total reproducción, modificación, transmisión o distribución de los datos publicados en este sitio web sin la autorización previa por escrito de Fusion Media y/o del proveedor de los mismos. Todos los derechos de propiedad intelectual están reservados a los proveedores y/o bolsa responsable de dichos los datos.
Fusion Media puede recibir contraprestación económica de las empresas que se anuncian en la página según su interacción con éstas o con los anuncios que aquí se publican.

Cerrar sesión
¿Está seguro de querer cerrar la sesión?
No
Cancelar
Guardando los cambios