El desplome de las materias primas adquiere protagonismo

 | 01.10.2014 14:00

El centro de atención de los mercados no estuvo ayer en las divisas sino en las materias primas, ya que varias de ellas sufrieron grandes caídas. El WTI se dejó en torno a un 3,4% y el gas natural cayó incluso más. El cobre y el níquel cayeron con fuerza (1,1% y 2,2% respectivamente en el LME), pese a que China rebajó las tasas hipotecarias y adoptó varias medidas para facilitar que la gente compre una segunda o incluso una tercera vivienda, en un esfuerzo para impulsar el mercado de la propiedad. El cobre se usa para fabricar cables eléctricos y el níquel para fabricar acero, así que los grandes descensos en esos metales en particular suponen un firme voto de no confianza en las medidas chinas. Las materias primas agrícolas en general también bajaron; el maíz tocó un mínimo de cinco años por niveles de inventario más altos de lo esperado. En general, el T3 fue el peor trimestre para las materias primas desde 2008, debido a un aumento de la oferta, el freno en el crecimiento de China y el fortalecimiento del dólar.

¿Resulta entonces sorprendente que el AUD fuera la más débil de las monedas del G10, seguida del CAD? El NZD cayó también pero ni de lejos tanto, aunque ello podría deberse tan sólo a que ya había sido castigada recientemente en cualquier caso. Europa debiera ser una beneficiaria de los menores precios en las mercancías, pero como la gran preocupación europea es la deflación, el descenso en los precios de las materias primas tan sólo le dificulta al BCE alcanzar su objetivo de inflación. Por tanto, de manera bastante extraña, sería negativo para el EUR. De todos modos, mi expectativa sería que las tres monedas vinculadas a materias primas continúen siendo las más afectadas por el descenso en los precios de las mismas.