El diario emocional

 | 05.12.2019 15:09

Si la semana pasada hablamos de la importancia de trabajar en bloques de operaciones y de cómo mediante un buen análisis de una muestra de, por ejemplo, 20 operaciones, nos puede dar mucha información, extraer conclusiones que nos ayuden a establecer próximos objetivos a trabajar y poner el foco en aquello que hemos de mejorar y potenciar lo que hacemos bien (todo ello, para conseguir avanzar en el trading), hoy vamos a hablar de algo no menos importante: la conveniencia de llevar un diario emocional.

Como su propio nombre indica, aquí no se trata de analizar nuestra gestión emocional ante el trading cada 20 operaciones, sino sacar conclusiones diarias.

De todos es sabido que un porcentaje importante del éxito en este oficio es la gestión de las emociones cuando operamos. Pero, ¿por dónde empezamos?

Bien, lo primero a asumir es que hemos de ser conscientes de que tenemos emociones y no las podemos dejar en la habitación de al lado antes de empezar nuestra sesión de trading. Van con nosotros allá dónde vayamos y hagamos lo que hagamos. No nos podemos transformar en robots por unas horas. Somos conscientes. Sigamos.

También sabemos lo difícil que es luchar contra ellas. Tenemos sesgos muy interiorizados, propios de nuestra naturaleza humana y es muy complicado entrar en batalla con ellas, porque saldremos heridos, sea de la forma que sea.

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Pero hay algo que sí esta a nuestro favor, en la mayoría de los casos.

Cuando hacemos las cosas bien, normalmente, nos sentimos bien. Y cuando ello ocurre, queremos continuar haciéndolo bien porque tenemos el recuerdo de que eso nos beneficia.

¿Cuándo podemos hacer las cosas bien? Cuando sabemos exactamente qué tenemos que hacer.

Si operamos bajo un sistema de trading con unas reglas, técnicas, de gestión monetaria... y éstas son concretas, precisas, claras, fáciles de ejecutar, adaptadas a nosotros, a nuestra personalidad, a nuestra mayor o menor aversión al riesgo y nos sentimos cómodos con ellas, movidos por las razones que nos han llevado al trading y a querer ser consistentes, estaremos más preparados y más predispuestos a cumplir dichas reglas.

Cuando tenemos un esquema de trabajo coherente con nosotros, claro y concreto y nos empuja el deseo sincero de conseguir el objetivo, hay cierto allanamiento en el camino para conseguir esa disciplina necesaria para ejecutar palabra por palabra ese sistema que nosotros hemos creado.

Por tanto, pienso, que el primer objetivo a conseguir para tener un estado emocional adecuado para el trading es obtener los conocimientos necesarios en este campo y elaborar nuestro Trading Plan de la forma correcta.

Cuando queremos algo y sabemos la forma clara de cómo lo podemos conseguir, podremos seguir sus pasos y si lo queremos de verdad, hay un sentimiento que mueve esa voluntad, podemos ser capaces de todo.

Necesitamos reglas que nos den las armas necesarias para tener el control sobre nuestro trading y ojo, que no digo sobre el mercado, sino sobre nosotros.

Y las reglas, repetidas en el tiempo, una y otra vez, se convierten en hábitos. Hábitos que descubriremos que, si los adquirimos para que formen parte de nuestra actuación ante el trading, nos llevan a nuestro objetivo.

¿Y qué pasará con nuestras emociones entonces? ¿Desaparecerán?

Nunca.

Lo que conseguiremos operando bajo unas premisas en las que confiamos es que controlaremos nuestro trading y si lo controlamos, nunca ocurrirá nada que se escape de nuestros posibles escenarios, con lo que no habrá sorpresas, ni buenas ni malas. No habrá euforia pero tampoco dolor por ganar o perder grandes cantidades de dinero, no sentiremos ira ni frustración por entrar a mercado de forma improvisada, el exceso de confianza no nos provocará un sobre apalancamiento... En definitiva, no se activarán nuestras emociones.

No las podemos dejar de sentir, pero sí podemos evitar que se activen, eso sí, está en nuestras manos. Y lo conseguiremos, siguiendo las reglas.

Y el querer hacerlo dependerá de las razones que tengamos para ello. Si solo nos mueve el dinero, sin nada más detrás, difícil, porque esa razón no nos conecta con una emoción verdadera, no impulsará suficientemente el cambio.

El diario emocional, nos ayudará a conseguir nuestro objetivo.

Escribamos y explíquemos cada una de las operaciones que hagamos, no solo en la parte más técnica, sino lo que ha movido esa ejecución, qué ha pasado por nuestro pensamiento para poner esa orden a mercado.

Preguntémonos:

¿Por qué hemos entrado? ¿Ha sido 100% objetivo, cumpliendo nuestro sistema? Desgranemos las razones técnicas, validemos que ha sido por un análisis y una interpretación directa de lo que nos ha dicho el precio. Validemos que no ha habido interferencias en la llegada de esa información, que no la hemos transformado ni modificado, adaptándola a lo que queríamos ver, tal vez, influenciados de resultados anteriores...

Analicemos la gestión de la posición. ¿Ha cumplido nuestras reglas en ese aspecto? ¿No nos hemos precipitado en la salida, cortando beneficios? ¿No hemos movido el stop? ¿Hemos dejado que el precio hiciera lo que tenía que hacer y nosotros simplemente hemos ejecutado lo que teníamos que ejecutar?

Hay un trabajo importante a hacer detrás de cada trade. Y el diario emocional, nos ayudará mucho a conocer qué ha ocurrido detrás de cada movimiento nuestro. Si no sabemos qué hacemos y el por qué lo hacemos, no podremos cambiar nada.

Reglas que crean un sistema, razones que nos muevan de verdad a conseguir nuestro objetivo y un gran trabajo diario por hacer de autoanálisis son algunas de las claves para lograr la consistencia en el trading.

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