El gran momento

 | 24.09.2021 14:20

Termina el verano y llega el otoño. Para los inversores, el cambio de estación es el momento de valorar tanto los logros como los retos futuros.

En lo que va de año, 2021 ha sido beneficioso para asumir riesgo. La renta variable global ha ido subiendo lentamente, en un contexto de preocupación por las elecciones, la inflación, la política y la peor pandemia que se recuerda desde la Gripe Española de 1918. Cuando nos aproximemos al cierre del ejercicio, muchos de estos factores persistirán y crearán nuevos riesgos y oportunidades.

En el horizonte inmediato se encuentra la política fiscal estadounidense. Los negociadores del Congreso se inclinan por una política arriesgada, incapaces de ponerse de acuerdo con respecto a elementos clave de los préstamos, la fiscalidad y el gasto federal. Si no se alcanza un compromiso para el 30 de septiembre (el cierre del ejercicio fiscal), partes del gobierno estadounidense cerrarán temporalmente.

Le sigue de cerca otro problema: el límite máximo de deuda estadounidense. Si no se eleva el límite, el Departamento del Tesoro de EE. UU. podría verse obligado a realizar impagos selectivos —tal vez hacia finales de octubre (dependiendo de la cadencia diaria de gastos e ingresos fiscales)—. A pesar de que la falta de pago es altamente improbable, la osadía política combinada con un potencial cierre del gobierno podría dar lugar a un episodio temporal de volatilidad del mercado.

Un segundo factor a tener en cuenta, que puede recuperar protagonismo antes de que concluya el año, es la pandemia. En estos momentos, a pesar de que las condiciones difieren de un país a otro, las muertes diarias mundiales están descendiendo gracias al avance de la vacunación, a las intervenciones de los gobiernos, a la propia responsabilidad de la ciudadanía y a la inmunidad natural adquirida tras una infección previa.

Uno de los países que mejor ha logrado contener el virus es China. A través de su política “zero-COVID”, las autoridades chinas han mantenido unos índices de casos y de muertes envidiablemente bajos, conteniendo los brotes de forma temprana y eficaz. Pero nada es gratis e incluso el nivel relativamente pequeño de propagación en China (menos de 100 nuevos casos al día) ha provocado una ralentización desproporcionada del crecimiento económico chino y mundial. (Véase nuestro “Gráfico de la semana”).

La mayoría de los países han abandonado la política “zero-COVID” porque resulta muy difícil de aplicar, en particular en el caso de la variante Delta, altamente contagiosa. Es poco probable que China renuncie a su estrategia de “zeroCovid” antes de que comiencen los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en 2022. Consecuentemente, el nivel de casos locales puede ofrecer pistas sobre las perspectivas para el crecimiento mundial, la demanda de materias primas, la inflación de la cadena de suministros, etc. Merece la pena estar atentos.

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Claves de la próxima semana

El calendario de esta semana está repleto de publicaciones de datos. El periodo arranca el domingo en China, donde los inversores querrán comprobar si el crecimiento de los beneficios del sector industrial se ha ralentizado en agosto por quinto mes consecutivo. El lunes la atención se centrará en Alemania, donde se espera que la confianza del consumidor mejore tras el descenso, mayor de lo esperado, del pasado mes.

El martes EE. UU. concentrará todas las miradas, dado que las previsiones de consenso apuntan a una mejora de la confianza del consumidor en septiembre, a pesar del repunte de la COVID-19. Se espera que el crecimiento de los precios de la vivienda se mantenga firme, en el 1,8% intermensual, y que retroceda del 19,1% al 18,5% en términos anuales.

Cabe esperar que la atención se vuelva a centrar el miércoles en la economía china, donde se prevé que los PMI de manufacturas subirán ligeramente. A pesar de que no existe una previsión de consenso de Bloomberg para el PMI del sector servicios de China, los inversores estarán ansiosos por ver si las condiciones mejoraron en septiembre después de que el mes pasado se desplomase hasta el nivel más bajo en 18 meses. También el miércoles conoceremos los datos de ventas minoristas de Japón y de confianza del consumidor de la zona euro.

El empleo estará en el punto de mira el jueves, dado que las previsiones de consenso muestran un potencial aumento de las tasas de desempleo en Alemania, Italia y Japón. Las solicitudes semanales de prestaciones por desempleo en EE. UU. también podrían generar mucho interés después de la gran reducción del número de empleos en agosto y el fin de las prestaciones de emergencia el 6 de septiembre.

El viernes 1 de octubre, se producirá un cierre del gobierno estadounidense si el Congreso todavía no ha acordado un nuevo paquete de financiación. Más allá de la arriesgada política fiscal, también obtendremos cifras actualizadas de la inflación, el gasto personal, la confianza del consumidor y las manufacturas de EE. UU

Factores técnicos

La reciente corriente de ventas del mercado ha dejado algunos de nuestros indicadores técnicos en la zona de “sobreventa”. Esto no significa que la actual ronda de volatilidad haya terminado —es posible que se produzcan otros retrocesos con sus correspondientes réplicas—. Pero sí puede sugerir oportunidades para “buy the dip”, es decir, comprar activos devaluados.

Para los inversores que consideran que es el momento de aumentar el riesgo, los sectores cíclicos de valor parecen algo debilitados en comparación con las acciones de crecimiento, que puede que sean objeto de una “sobrecompra”. Por regiones, esta divergencia se hace más evidente en la zona euro y Reino Unido.

¡Piense en grande!