El pinchazo de la burbuja del teletrabajo

 | 28.09.2022 12:53

La pandemia del coronavirus hizo que tuviéramos que cambiar de forma inmediata nuestra forma de trabajar e, incluso, muchos de nuestros hábitos laborales. Muchas empresas se beneficiaron de esta situación, ya que contaban con un alto grado de especialización. La altísima demanda disparó sus valoraciones, impulsadas por la mejora en los resultados y unas expectativas de crecimiento basadas en una situación que no se sabía cuánto tiempo se podría prolongar. Entre estas empresas destacan, por ejemplo, compañías de streaming, como Netflix (NASDAQ:NFLX); de equipamiento deportivo, como Peloton (NASDAQ:PTON); o de videoconferencias, como Zoom.

Pero en cuanto las empresas comenzaron a llamar a los trabajadores de vuelta a la oficina y las personas recuperaron sus actividades de ocio, la mayor parte de estas empresas se desplomaron. Incluso, algunas de ellas cotizan por debajo de los niveles previos a la pandemia, puesto que en el momento en el que empezaron a crecer de manera vertiginosa aumentaron su estructura de costes de tal manera que cuando se evaporaron los beneficios, sus pérdidas se hicieron más grandes.

Esta caída se aceleró todavía más ante el proceso de desaceleración que está sufriendo la economía a nivel global. Los extraordinarios estímulos de gobiernos y bancos centrales para combatir la pandemia generaron una demanda que el mercado no fue capaz de corresponder. Los problemas en las cadenas de suministro y la inflación se agravaron con la guerra, lo que ha obligado a los bancos centrales a subir los tipos de interés de manera agresiva.

Este clima de incertidumbre sobre las perspectivas económicas y el encarecimiento del dinero ha perjudicado fundamentalmente a las empresas de crecimiento, ya que suelen utilizar un alto grado de apalancamiento y están valoradas en base a unas tasas de crecimientos altas y un escenario de tipos bajos. En el caso del Nasdaq 100, que agrupa a las principales empresas tecnológicas de EEUU, se revalorizó cerca de un 150% desde marzo de 2020 hasta principios de este año. Desde entonces, aunque acumula una caída cercana al 30%, sigue cotizando por encima de los niveles previos a la pandemia.

No es el caso de compañías concretas, como el caso de Netflix, cuyas acciones han llegado a caer este año más de un 70%. Con una gran parte de la población mundial encerrada en su casa, el número de suscriptores en 2020 creció 36 millones, alcanzando más de 200 millones totales. La vuelta a la normalidad y el aumento de competencia provocó la primera pérdida de suscriptores trimestrales en más de diez años. Ahora busca alternativas para optimizar sus resultados reduciendo costes, tratando de perseguir las cuentas compartidas o estudiando la posibilidad de incluir publicidad en alguno de los tipos de cuenta.