El sector industrial sigue indiferente ante la guerra comercial de Trump

 | 23.05.2018 16:01

Durante la mayor parte de los últimos cuatro meses, los inversores se han visto inundados de predicciones negativas sobre cómo la guerra comercial entre las dos principales economías y principales socios comerciales del mundo iba a afectar al crecimiento mundial sincronizado en una década. La opinión general es que cuanto más revuelo se produce en el comercio global, más se ralentiza el crecimiento económico.

Sin embargo, a juzgar por el equilibrio de la oferta y la demanda, parece que la mayoría de los inversores no dan importancia a las evaluaciones negativas. Aunque parece que el mercado va a ser volátil a corto-medio plazo, la acción del precio reciente indica que los traders son más optimistas a pesar de las graves cuestiones en relación con el comercio.

Hay varias razones por las que los inversores podrían haber superado su ansiedad en cuanto al comercio. La primera razón es que los inversores creen que, si en efecto estalla una guerra comercial, su impacto será limitado, especialmente ante el actual crecimiento económico y los positivos resultados de las empresas. La segunda razón es que la mayoría de los participantes del mercado creen que ni siquiera va a haber guerra comercial para empezar. Hay muchas probabilidades de que la mayoría de la gente esté segura de que Trump simplemente está jugando con su electorado al hablar de guerra comercial. Sus exigencias son demasiado irreales; ni China puede obligar a sus ciudadanos a comprar más productos americanos, ni Estados Unidos puede satisfacer la demanda requerida para equilibrar el comercio.

Finalmente, cualquier aumento de la demanda de China de productos estadounidenses no produciría más que un descenso de la misma cantidad de exportaciones a otros países, manteniendo inalterada la balanza por cuenta corriente mundial. Los asesores de Trump lo entienden así.

La realidad es que hay una mayor demanda de productos chinos baratos por parte de Estados Unidos que demanda de productos caros de Estados Unidos por parte de China. Nada puede cambiar eso según la dinámica actual y toda la retórica de Trump en torno a la guerra comercial parece ser un intento de marcar la casilla de otra promesa electoral.

Ayer, demostrábamos valiéndonos del S&P 500, que los inversores son optimistas en cuanto al mercado independientemente de que todo resulte efectivamente en una guerra comercial. Hoy, ofrecemos pruebas basándonos en el sector industrial, el más sensible a una guerra comercial.