En búsqueda de nuevas monedas de oro

 | 11.02.2020 08:46

La comparación del oro con el modelo de funcionamiento con el bitcoin no es una idea que se le ha ocurrido a aquellos que hemos escrito acerca de la creación de Satoshi alguna vez.

El diseño original del producto tiene en su definición intrínseca, el modelo de comportamiento del patrón oro en las economías centralizadas y reguladas por un ente central.

El valor del metal precioso, por antonomasia en la sociedad humana, ha estado ligado a que se trata de un producto limitado en su origen. Es decir, si cualquier explotación minera fuese capaz de extraer toneladas de oro su valor obviamente no sería de referencia, ya que cualquiera podría obtenerlo. Cuanto más cueste encontrar un filón de oro, mayor será su valor económico. Podemos considerarlo por tanto como un metal deflacionario, ya que algún día se agotarán las fuentes de extracción del metal.

Este concepto tan básico es la base por la cual consideramos al bitcoin un producto deflacionario. En el caso que nos ocupa, la definición que aplicó Satoshi fue simple pero brillante, ahí radica la genialidad del invento por este desconocido.

En el White paper original se define al bitcoin como una moneda con un número limitado de generación de nuevas monedas. Su diseño está concebido para generar valor en si mismo durante el paso del tiempo. Todo ello, de forma automática y sin ningún tipo de control centralizado que valide su comportamiento.

El modelo utilizado se basa en la recompensa que se ofrece a los ‘mineros’ por la validación de las transacciones que efectúan mediante la ‘Proof of Work’.

La generación de nuevos bitcoins se efectúa aproximadamente cada 10 minutos y el ganador, que ha sido validado por toda la red como el campeón del proceso, recibe una cantidad de nuevos bitcoins los cuales vuelven a reintroducirlos en circulación al comprar productos con ellos o intercambiándolos por otras monedas que tienen paridad con bitcoin.

Esta recompensa se redefine en un periodo de tiempo que suele ser de 4 años o mejor dicho en la creación de cada 210.000 bloques. Al llegar a esta cifra, se reduce a la mitad automáticamente la recompensa que reciben los mineros. A este proceso se le denomina ‘Halving’. Dentro del universo de la economía basada por las criptomonedas es un acontecimiento.

Lo primero que uno puede pensar al leer una noticia de este tipo es que si reduce a la mitad el ‘premio’ que recibe un minero, se están eliminando los alicientes para que estos realicen la vital función dentro del bitcoin. Nada más lejos de la realidad.

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La primera reducción de recompensa se produjo en Noviembre del 2012 pasando de 50 a 25 bitcoins. En aquel momento el precio era de 13 dólares. Es decir, un minero ganaba por solventar el problema matemático alrededor de 650 dólares (aproximadamente 500 euros). En julio de 2016 se produjo la siguiente reducción de recompensa pasando de 25 a 12,5 bitcoins. El valor por moneda en aquel momento era de 651 dólares y, por tanto, la recompensa por minar bloques ganadores era de 8.137 dólares (aproximadamente 7.000 euros).

Los datos demuestran que el concepto de creación de valor, tal como van reduciéndose el número de bitcoins en circulación, es creciente en el tiempo.

El próximo está previsto que se realice aproximadamente en mayo del 2020. La fecha exacta no es específica.

Noviembre de 2012: