Estamos en un punto de inflexión clave

 | 12.04.2021 08:17

La deuda de hogares, empresas, bancos y gobiernos de todo el mundo sumaba al cierre del tercer trimestre de 2020 un total de 272 billones de dólares (229 billones de euros) y alcanzará al ritmo actual un máximo histórico de 277 billones de dólares (233 billones de euros), el equivalente al 365% del PIB mundial. "Estamos en un punto de inflexión clave. Montos récord de deuda y apalancamiento en el sistema, dondequiera que mire. Si los bancos centrales no logran generar inflación, es casi seguro que la economía se desplome después de los máximos de azúcar de rebote de 2-3 años posteriores al Covid. Enorme carga de deuda sobre los hombros de las economías. En la década de 1920, muchos creían en la teoría de la utopía de Karl Marx, sin repercusiones. En el 2020 muchos creen en la monetización interminable de la deuda por parte de los bancos centrales, sin repercusiones. La gente, ingenuamente, siempre cree en la salida fácil. No existe tal cosa como un almuerzo gratis (vía Tiho Brkan@TihoBrkan).

"Monetizar deuda" se ha convertido en una expresión en boca de todos, pero me atrevería a decir que no son demasiados quienes entienden el exacto proceso que tiene lugar en esta operación. Algunos lo asocian a la imprenta, otros a un mero trueque contable sin demasiada trascendencia. Pero, ¿qué es exactamente y qué efectos provoca sobre la economía?

La monetización consiste simplemente en que el banco central le presta dinero al Gobierno, ya sea de manera directa o indirecta. Se lo presta directamente cuando los fondos del banco central van a parar directamente al Gobierno (cuando compra la deuda pública en el mercado primario) y lo hace indirectamente cuando el crédito del banco central lo recibe un agente privado que previamente le había prestado dinero al Gobierno (cuando compra deuda pública en el mercado secundario). En este sentido, el soporte en que el instituto emisor le presta los fondos al Estado no es demasiado relevante: el banco central puede imprimir nuevos billetitos y comprar con ellos los títulos de deuda pública o puede simplemente reconocer un depósito en favor del Gobierno o del agente privado a quien le ha comprado la deuda pública (como cuando le pedimos una hipoteca a cualquier banco). (vía juan Ramón Rallo).

Especulación por encima de las posibilidades, grandes apalancamientos, que un giro brusco del mercado te pueden dejar en pelotas. Es lo que sucede en estos momentos, como tantas veces ha sucedido en las Bolsas. “Una gran cantidad de compras con margen también puede ser perjudicial para el mercado de valores en su conjunto. En enero, la deuda del margen de los clientes en los corredores estadounidenses regulados por la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera aumentó a 799.000 millones de dólares desde 562.000 millones un año antes” (WSJ).

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Marta Escribano@MartaEscribanoL