Europa: 3 buenas y 3 malas.

 | 12.12.2011 11:35

Más allá de la gigantesca cantidad de notas y artículos escritos acerca del tema europeo en los últimos meses, me pareció buena idea cambiar la perspectiva y ver cuales son los tres argumentos más salientes que intentan soportar al euro como concepto y moneda común en Europa y cuales son los tres argumentos que más atentan contra su continuidad. Al final haremos un balance.

Tres buenas:
1. Existe una voluntad manifiesta por parte de los principales políticos de Europa de que el euro no se desmorone. Esta es a mi juicio la principal fortaleza de Europa hoy. Y quizá podría decir que la única. En el momento que a Alemania o a Estados Unidos le sea demasiado caro pagar para mantener el status quo, it’s game over. ¿Podría pasar eso? Perfectamente. Sobre todo porque tanto el electorado estadounidense como el alemán, irán restando apoyo a medida que se expliciten los costos de mantener el euro.

2. La gran arma secreta, todavía no ha sido utilizada. ¿Cuál es esa arma? Tragarse todas las palabras y lanzarse a imprimir euros como si no hubiera un mañana. ¿Generaría desincentivos de largo plazo y problemas de moral hazard? Sin dudas. Pero haría que la situación fuera superable. O al menos, sería un intento más. Quizá el intento final.

3. No son sólo Alemania, Estados Unidos y Francia quienes están haciendo fuerza porque el euro continúe. Sorprendentemente, todos los políticos de los PIIGS están aterrorizados ante la posibilidad de tener que volver a su anterior moneda y están dispuestos a asumir todo tipo de ajustes presupuestarios para continuar en la eurozona. Sin lugar a dudas, esta es el argumento a favor más débil e inestable de todos, ya que bien podría cambiar de la noche a la mañana por presiones internas.

Tres malas:
 
1. Europa no tiene cohesión política. Mucho más grave aún: repase cada uno el idioma que se habla en cada país de Europa y verá que en cada país se habla una lengua diferente. ¿Alemania financiando la vagancia griega? Y desde el punto de vista griego: ¿Alemania no nos apoya luego de habernos saqueado en la Segunda Guerra? Así podríamos poner decenas de ejemplos. No olvidemos tampoco que nadie ha votado a los miembros del parlamento europeo ni a los miembros del ECB. Hay un actual planteo acerca de su legitimidad. ¿A ustedes quienes los votó señores? Esta pregunta se escuchará con más intensidad en las próximas semanas.

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2. Enorme estabilidad: con el disenso de sólo un país, todo puede desmoronarse. Con que uno de los miembros de la eurozona no esté de acuerdo en algún punto de los nuevos tratados que pretenden implementarse, o si algún país de los PIIGS no acepta someterse a alguna exigencia del FMI, todo podría desmoronarse. Inglaterra está haciendo críticas fuertes en estos momentos. Finlandia pretendió tratamiento especial ante los préstamos a Grecia. ¿Qué chances hay de situaciones similares? “The best is yet to come” diría Frank Sinatra. Todos los principales recortes no han llegado a implementarse aún en Grecia e Italia. ¿Podrán los políticas llevarlas a la práctica? ¿Aceptará la gente pasivamente? Cada vez más protestas y levantamientos harán de esto un gran riesgo extra.

3. El euro está en la mira de los especuladores. Y para la moneda, esto es malo. Hoy ya es muy amplio el consenso de que los problemas de fondo no se están solucionando. Se está tratando de acallar políticamente una realidad económica dictada por las leyes de la oferta y la demanda. Y cuando esto se pone tan de manifiesto, pasan a ser muchos los que intentan empujar a quien está al borde del precipicio. Pero atención: ningún especulador tiene la fuerza de llevar a una situación al borde del precipicio (esto se fue dando a lo largo de los últimos años).

Ahora bien: cuando es claro que la situación es límite, están en el interés de los especuladores precipitar una caída. Y esto está pasando.
Concluyendo. Muchas ideas y vueltas sin concreciones de importancia. Más de lo mismo con impresiciones de implementación.
El mercado de acciones, reacciona como un enfermo esquizofrénico. Pero el de monedas, mira con dudas y desconfianza: