Generando estabilidad en un mundo incierto

 | 28.02.2017 09:47

La economía europea sigue creciendo a un ritmo moderado, pero también firme.

Así comenzaba su exposición Peter Praet , del Banco Central Europeo (BCE) el jueves pasado. El título de la conferencia, también título de este breve análisis, deja claro su sesgo: la política monetaria expansiva aún tiene margen de maniobra en un contexto como el actual, dominado por la incertidumbre internacional y doméstica.

Praet vincula en su conferencia la resistencia observada por la economía europea en los últimos años a las medidas tomadas en política monetaria en el periodo: desde 2014 se han tomado medidas que van desde tipos de interés prácticamente nulos, facilidades de crédito a los bancos hasta la compra de activos en el mercado... Y no me olvido del tipo negativo en el caso del exceso de reservas de los bancos.

Medidas inimaginables en el pasado, tomadas con carácter excepcional, aplicadas para hacer viable la transmisión monetaria, luchar contra el riesgo de deflación y combatir la fragmentación en la financiación dentro del euro. Pero, medidas que se mantienen ocho años tras el estallido de la crisis y que se mantienen cuando muchos de los argumentos que las justificaron ya no existen aunque, de acuerdo con Praet, las amenazas para la estabilidad conseguida están aumentando. Pero son amenazas diferentes a las que dieron lugar a la aplicación de una política monetaria tan laxa. Parte de estas amenazas son de índole político.

La liquidez es amplia y la financiación de la economía se recupera a precios inimaginables desde la perspectiva histórica. Pero, para Praet lo llamativo es que los mercados no estén reflejando las nuevas amenazas que se ciernen sobre el escenario. ¿No será precisamente por las medidas del BCE? Al final, dice su economista, la política monetaria debe mantenerse vigilante lo que parece traducirse en una mayor probabilidad de mantener su estatus quo actual que de iniciar su normalización. Una normalización, por otro lado, que tendría todo el sentido en términos teóricos o incluso algo más que teóricos: el exceso de confianza que subyace en la advertencia de Praet al comportamiento del mercado.

Praet considera que la fortaleza de las instituciones europeas, del propio proyecto, unido a la política monetaria han servido para lograr la estabilidad financiera de la que ahora nos beneficiamos. Y esto también podría explicar, en su opinión, la relativa calma de los mercados pese a las enormes incertidumbres que menciona. Pese a reconocer que la política monetaria seguirá siendo activa para evitar el impacto negativo en crecimiento y precios en caso de que se materialicen, advierte que puede ser insuficiente. En la parte final de las conclusiones demanda la contribución de otras política y especialmente de reformas estructurales.

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No, no menciona los riesgos derivados de mantener unas condiciones financieras tan laxas. Ni de que la política monetaria excepcionalmente expansiva actual esté generando un cierto caldo de cultivo propicio para la inestabilidad financiera a medio y largo plazo. Podría ser un mero intercambio de plazos bajo un objetivo final de estabilidad financiera.

Para finalizar, dos gráficos obtenidos del último informe mensual de Citi, que espera un crecimiento en los dos próximos años de 2,8% y 3,2%, al alza desde el estimado de 2,5% en 2016.

En el caso de la inflación, las previsiones de aumento son de 2,7% y 2,6% respectivamente (2,2% en 2016), con niveles de 1,8% y 1,7% (0,7%) en el caso de los países desarrollados.