¿Indicadores contrarios?

 | 27.05.2022 14:30

La confusión, alimentada por preocupaciones sobre la coyuntura económica, la evolución de la inflación, la geopolítica y las políticas monetarias cambiantes, sigue dejando sus huellas en los mercados. El estado de ánimo está deteriorado.

Además, en particular los impulsores de la inflación se muestran persistentes. Los precios de los fertilizantes verdaderamente se han disparado en EE. UU. (en parte, pero no exclusivamente, debido a la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas), y se encuentran en más del doble con respecto a la media de los últimos 5 años. Al mismo tiempo, el mercado de trabajo continúa más que tenso, lo cual puede llevar a una espiral de precios-salarios. Actualmente, quien busca trabajo en EE. UU. puede elegir hasta entre 2 ofertas de trabajo diferentes. Las empresas más pequeñas son las que están sufriendo especialmente por la elevada proporción de puestos sin cubrir. Mientras tanto, no hay más relajación en las cadenas de suministro, y esto también constituye un factor de tensión para los precios y el crecimiento económico. En conjunto, la coyuntura global está pasando unos momentos difíciles. No obstante: el significativo índice de clima empresarial publicado por el ifo para la economía alemana ha subido recientemente, frente a las expectativas generales, lo cual ha sido impulsado principalmente por la evaluación realizada sobre la situación, mientras que las expectativas se quedaron más o menos estancadas.

Con vistas a los resultados empresariales que se esperan, el sentimiento se ha deteriorado notablemente. En base a la encuesta global de gestores de fondos (“Global Fund Manager Survey”, por su denominación en inglés) del Bank of America (NYSE:BAC), las previsiones sobre resultados empresariales han alcanzado un nuevo mínimo desde la crisis de los mercados financieros. Una evolución que viene acompañada de un pesimismo que avanza sobre la coyuntura global.

Según estudios que también proceden del Bank of America, los gestores de fondos ya mantienen unos niveles de efectivo tan elevados como en la crisis de los mercados financieros. El comportamiento más cauteloso se refleja en los inversores particulares. Así, la proporción inversores con sentimiento “bajista” en EE.UU., según las encuestas de la Asociación americana de inversores individuales (“American Association of Individual Investors”, por su denominación en inglés), ha alcanzado un nuevo máximo que supera el de 2008, el año de la quiebra de Lehman.

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Los Bancos centrales no se preocupan precisamente por elevar el estado de ánimo. Así ocurre con los grandes Bancos centrales, pero con importantes excepciones: el Banco Popular (BME:POP) de china ha cambiado su política hacia subidas de tipos, lo cual, en realidad, es un motivo de alegría, pues es muestra de que (todavía) tienen confianza en una trayectoria coyuntural al alza y quieren combatir la inflación, pero la liquidez encarecida garantiza adversidades no solo en los mercados de renta variable, sino también, como se espera, en los mercados de bonos. En el contexto de una inflación creciente (según las previsiones), el Banco de la Reserva Federal (Fed) de los EE. UU. es el que ha cambiado de forma más decisiva su dirección. Se espera que, en las tres próximas reuniones, se produzcan tres subidas de 0,5% cada una. También se ha anunciado el final de las compras de deuda, mientras que, al mismo tiempo, en el marco del “QT” (“endurecimiento cuantitativo” o “Quantitative Tightening”, por su denominación en inglés), se han anunciado ventas netas de deuda pública desde el segundo semestre. También el Banco Central Europeo (BCE) da marcha atrás en su programa de compras de deuda PEPP y es factible pensar en subidas de tipos. Junto con las subidas de rendimientos, también se han producido ampliaciones en los diferenciales (“spreads”) dentro de la Eurozona, frente a la referencia de la deuda pública alemana. De este modo, el diferencial de la deuda pública italiana ha superado los 200 puntos básicos, lo cual también complica la reducción de la deuda pública.

Claves para la próxima semana

A lo largo de la próxima semana, entre las publicaciones de datos destacan los indicadores de sentimiento sobre el crecimiento económico. El lunes estamos pendientes del dato de sentimiento económico para la Eurozona y los países miembros, que se espera que vuelva a bajar. El martes se publican datos sobre el índice de gestores de compras, PMI, del sector manufacturero y no manufacturero en China. Además, datos sobre producción industrial en Japón y confianza de los consumidores. Adicionalmente se dará a conocer el índice de gestores de compras, PMI, de Chicago, seguido del dato sobre el índice de confianza de los consumidores de The Conference Board en EE. UU., y el índice de la industria manufacturera publicado por la Fed en Dallas.

El miércoles tendremos información de dos PMI: el índice de gestores de compras de Caixin del sector manufacturero y también el del ISM (Institute for Supply Management) de EE. UU. En cuanto a ventas minoristas en la Eurozona, el viernes será interesante ver en qué medida se reflejarán las subidas de los precios al consumidor. La conclusión de los datos sobre sentimiento se producirá el viernes, con el índice ISM para el sector servicios estadounidense.

Asimismo, serán importantes los datos sobre inflación. Dado que, en las principales regiones del mundo, la inflación ha alcanzado nuevos máximos, el más mínimo signo de relajación sería gratamente bienvenido. El lunes a primera hora estaremos pendientes de los precios provisionales al consumidor de mayo en Alemania. El martes se publicarán los precios al consumidor de la Eurozona, que vienen seguidos el jueves por los precios de producción.
En conjunto, los riesgos de empeoramiento del crecimiento económico y los riesgos generados por la subida de la inflación han crecido, lo cual debería apreciarse en los datos de la próxima semana.

El antiguo proverbio que decía que la economía era hasta un 50% psicología, no es casualidad. Eso muestra la condición psicológica medida sobre el posicionamiento de los gestores de fondos, las expectativas bajistas de los inversores individuales y es latente también en el empañamiento de los indicadores de sentimiento económico, una condición tan fracturada que prácticamente podríamos volver a hablar de indicadores contrarios. Es cierto que nos encontramos tácticamente cerca de una actitud cautelosa con respecto a las inversiones, pero las señales positivas pueden hacer que se produzca rápidamente un cambio en el estado de ánimo. Nuestro “indicador de gravedad cero”, que establece las valoraciones (medidas según la proporción entre cotizaciones y ganancias del S&P 500) sobre el comportamiento frente al riesgo (medido con el VIX como referente sobre la volatilidad), sugiere que los mercados han vuelto a pisar tierra firme (véase el Gráfico de la semana).

Deseándoles un mejor estado de ánimo
Dr. Hans-Jörg Naumer