La Fed ha pulsado el 'play', pero aún no hay que saltar del barco

 | 25.03.2019 11:43

En diciembre la Fed, conducida por Jerome Powell, dio un frenazo a su política monetaria reduciendo las expectativas de subidas de tipos. Se mostró más sensible a la desaceleración económica y a la fuerte corrección sufrida por Wall Street en el último trimestre del año. El miedo a un descarrilamiento de la principal economía del mundo y los reiterados mensajes de Donald Trump cuestionando sus medidas llevó a la Fed a adoptar un mensaje más “dovish”.

Desde el pasado diciembre, el presidente de la Fed, Jerome Powell se ha mostrado muy prudente en sus intervenciones, reiterando que el organismo va a mantenerse paciente y flexible, pero la conclusión que podemos sacar de la última reunión de la Fed es que hemos asistido a un autentico trompo. Hemos pasado de un mensaje de “esperar y ver”, de dos posibles subidas adicionales de tipos este año, a que el próximo movimiento podría ser en cualquier dirección. Por mucho que Powell quiera enfatizar que la política monetaria está en buen lugar, ya se descuenta incluso una bajada de tipos. Cabe destacar también que la Fed tiene previsto concluir en septiembre el adelgazamiento de su balance, por lo que en octubre podría volver a ser comprador neto de deuda pública americana.

Las bolsas siempre quieren que continúe la fiesta, pero la realidad es tozuda. Lo que en primera instancia podría ser considerado positivo para el mercado, a mi modo de ver, nos muestra las miserias de las expectativas de crecimiento futuro. Los fantasmas de recesión estaban en modo “pause” y la Fed ha pulsado el “play”.

Como comentaba el pasado miércoles antes de la reunión, una excesiva relajación del discurso de la Fed podría ser lo que algunos inversores quisieran, pero no creo que sea una buena noticia para el fondo del mercado. Eso pone sobre la mesa un mayor deterioro de la situación macro de lo que los mercados descuentan, por lo que esa nueva información podría ser ajustada de forma brusca en las cotizaciones dificultando la consecución de nuevos máximos históricos. En cualquier caso, hablamos de un movimiento de corto plazo y no creo que la tendencia alcista de Wall Street originada en 2009 vaya a ser aún puesta en cuestión.

El aplanamiento de la curva de tipos en EE. UU., y la ya inversión en algunos de sus plazos, como antesala de recesión es claramente una amenaza, pero por el momento es simplemente eso, un aviso que nos recuerda que el actual ciclo está llegando a su fin.

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