'La reciente volatilidad, una de las más grandes de los últimos 100 años'

 | 18.04.2018 08:05

Me cuenta el CEO de una importante gestora:

He leído hace unos días un apunte de los expertos de Goldman, que me ha hecho reflexionar mucho: el reciente aumento de la volatilidad es comparable con algunos de los rebotes más grandes de los últimos 100 años. Estos expertos consideran que habrá nuevos episodios y destacan que una mayor volatilidad significa un menor rendimiento ajustado en el riesgo, tanto para las acciones como para las carteras de múltiples activos en general.

Malas noticias. El CEO de JP Morgan (NYSE:JPM) decía, también, hace unos días que los tipos de interés unas veces suben y otras, bajan. Lo importante es adaptarse al momento y sacarle el mayor provecho. Conforme pasa el tiempo, la mayor parte de los grandes estrategas coinciden que ha finalizado una era, la de la complacencia y la de los bajísimos tipos de interés. La complacencia nunca es buena y el exceso de complacencia, peor. Una lección para cualquier sector de actividad económica, para la política, la familia y los órdenes de la vida en general.

Se vuelve a hablar, hasta la reiteración cansina, del exceso de complacencia en los mercados. Pese al empeño de unos y otros, pese la convicción propia, siempre interesada, de que Wall Street ya no es lo que era y que el dinero se traslada desde los mercados estadounidenses a Europa, porque aquí están ahora las oportunidades.

La realidad, no obstante, es tozuda y tira por tierra cualquier supuesto o proyección que no cuente con el consentimiento de la mayor bolsa del mundo. El dinero sigue apalancado en Wall Street. En el pasado hemos visto en numerosas ocasiones cómo los inversores pasan de un extremo a otro con demasiada facilidad, del exceso de confianza a la desconfianza; del optimismo al pesimismo; de la euforia al pánico y aumentan los fenómenos de volatilidad.

Hay que huir de esto último, lo que me lleva a plantearme si los bancos centrales también están demasiado confiados sobre sus posibilidades de actuación en situaciones de pánico. Especialmente si aún mantienen ataduras entre lo que les gustaría hacer y lo que les permiten sus mandatos. Esperemos que el cambio de rumbo en la política monetaria no trastorne mentes ni gripe los motores de los potentes ordenadores que mandan en éstas y otras tantas cosas. Y recuerden, aquí manda Wall Street. Como siempre. Acaba una era y comienza otra, cuyo desenlace desconocemos. Por eso, los mercados son presa del miedo desde hace semanas.

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Y ahora gráficos para la reflexión. El primero sobre los episodios de volatilidad vía Holger Zschaepitz @Schuldensuehner

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