La recompra de acciones como factor (artificial) del impulso de los mercados

 | 06.11.2018 13:15

Este mes hacemos un análisis al tema de la recompra de acciones de empresas norteamericanas. Vamos a comentar la legislación, conocer los periodos en que es posible realizar la recompra, estudiar las implicaciones de tal política, ver la evolución del capital reinvertido por las empresas y las razones detrás de un masivo aumento desde el inicio del año.

La legislación de la SEC, en su regla 10b-18 de 1982, otorga a las empresas un llamado "puerto seguro" en términos de responsabilidad, posibilitando la compra de acciones propias cuando cumplen 4 reglas:

1. La empresa debe ordenar la compra de las acciones a un solo corredor.

2. Las empresas de gran capitalización no pueden negociar en los últimos 10 minutos de la sesión.

3. El precio de mercado no puede ser inflado.

4. No se puede comprar más del 25% del volumen medio diario de las últimas 4 semanas.

A partir de 2003 la SEC exige que las empresas divulguen un informe mensual detallado con las operaciones. La legislación de la SEC no contempla un período prohibido antes y después de la presentación de resultados. Los estatutos de algunas empresas y los abogados, por precaución, aconsejan que no se realicen compras de acciones mientras haya información (privilegiada) que no haya sido divulgada públicamente. Muchas empresas suspenden los programas de recompra, haciendo un "período de blackout", prohibiendo, por ejemplo, todas las negociaciones durante un intervalo de tiempo que se puede extender entre 10 días antes hasta dos días después del lanzamiento de resultados.

Sin embargo, al contrario de lo que la legislación aparenta, el tema de la recompra de acciones está lejos de ser un asunto pacífico, siendo altamente criticado. Un artículo del TheEconomist llama "el vicio de la cocaína de las corporaciones", Reuters dice que es una "auto-canibalización" y el Financial Times, más contenido, dice que es un "enorme conflicto de intereses".

La recompra de acciones tiene el efecto de hacer disminuir el número de acciones en circulación, haciendo aumentar los dividendos distribuidos a los accionistas, ganancias por acción, y consecuentemente, el valor de la acción (inflando artificialmente el mercado). Los ejecutivos (para atraer accionistas) se ven tentados a crear programas de recompra, canalizando recursos importantes que podrían invertir en la innovación y generar nuevas inversiones. La gran mayoría de las empresas estadounidenses están más preocupadas en la recompra de acciones que invertir en nuevos proyectos y fuerza de trabajo, veamos el ejemplo de la farmacéutica Pfizer (NYSE:PFE).

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En diciembre del año pasado, antes de la reforma fiscal, Pfizer anunció la recompra de 10.000 millones de dólares y el aumento en los dividendos, un tiempo después, anunció la suspensión de la investigación de medicamentos para Parkinson y Alzheimer, y despidió a 300 trabajadores.

Sin embargo, en una visión naïf, hay quien defiende la recompra de acciones, argumentando que se trata de una refugio eficiente para dirigir los beneficios no utilizados, cuando se agotan las posibilidades de creación de valor, o aún una forma de alejar adquisiciones hostiles.