La reunión de la OPEP y el futuro del precio del barril

 | 02.12.2016 12:55

A pesar de las dudas que se habían generado la OPEP a llegado a un acuerdo y la producción se reducirá hasta los 32,5 mbd, dando lugar la noticia a una rápida elevación de los precios del barril del 8,8% en Londres y un 9,3% en Nueva York, a pesar de que el acuerdo no será efectivo hasta enero .

Este hecho supone un cambio importante en la OPEP, ya que la política de cuotas había sido abolida en noviembre de 2014 . Y de hecho, está todavía por determinar si los países pertenecientes al cartel cumplirán las cuotas asignadas, ya que la historia ha mostrado como eran violadas continuamente dando lugar a una oferta total superior a la pactada.

El acuerdo pretende reducir los elevados stock acumulados en el periodo en que el precio del barril ha sido reducido y lograr un mayor equilibrio entre oferta y demanda, pero sobre todo, equilibrar los presupuestos de los países productores, que han sufrido déficits importantes en este periodo. Entre ellos, como principal productor de la OPEP destaca Arabia Saudí con un déficit del 15% en 2015, que se ha producido a pesar de los fuertes ajustes presupuestarios que han logrado reducir el breakeven fiscal (precio del barril al cual los presupuestos públicos se equilibran) de 94.8 $/barril en 2015 a un previsto 66,7$/barril este año. Mejoras que también se han observado en Irán, que ha llegado a un breakeven de 61,5$/barril, pero que en cualquier caso todavía permanecen por encima de los precios de mercado.

Por tanto, la elevación de precios supone un incremento de ingresos para los países exportadores y contribuirá a ajustar sus presupuestos, ya que la reducción de 1 mbd de producción se ve más que compensada por la elevación del precio de 45 a 50$, originando unos mayores ingresos para el cartel de unos 117 mill $ a los que habría que añadir la reducción de los costes de extracción variables de 1 mbd.

En el reciente acuerdo, los saudíes, sorprendentemente, han permitido elevar la producción iraní hasta 3,8 mbd, desde los inicialmente previstos 3,707 mbd, al mismo tiempo que Arabia Saudí limitará la producción a 10,058 mbd e Iraq la recortará en 209.000 bd. Sin embargo, esta propuesta reducción parece insuficiente para equilibrar el mercado, previéndose que el equilibrio de oferta y demanda requeriría reducir la producción OPEP hasta 31,9 mbd, más de lo acordado. Motivo por el que parece necesaria la colaboración de países productores no-OPEP, que deberían recortar su producción en 600.000 bd. Hecho por el que se va a producir una reunión en Doha entre ambos grupos de productores (OPEP y no-OPEP) para regular la producción. Reunión en la que Rusia podrá jugar un papel relevante, pero también una reunión en que previsiblemente faltarán muchos países productores.

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En cualquier caso, en la situación actual, no debemos olvidar que el cártel, debido a sus costes y volumen de producción, puede determinar la banda inferior del precio del barril, pero no puede determinar el límite superior, que vendrá establecido previsiblemente por el breakeven de la producción marginal, que corresponde a oferta de petróleo procedente de arenas bituminosas, aguas profundas o más probablemente shale oil.

Como todos sabemos, en la producción de shale oil juega un papel predominante la producción estadounidense. Producción que ha sufrido las consecuencias de la estrategia saudí de reducción de precios, provocando una reducción de la producción desde los 9,4 mbd de media de 2015 hasta los previsibles 8,8 mbd en 2016, previéndose actualmente un incremento de 0,1 mbd en 2017, cifra que podría ser superior si los precios del barril se elevan.

De hecho, debemos recordar que el shale oil contribuye a aproximadamente el 5% de la producción mundial y el 52% de la producción estadounidense en 2015 (4,89 mbd). Pero si los precios se elevan y la rentabilidad aumenta, impulsarán la producción.

En mayor medida si tenemos en cuenta los procesos de fusión y adquisición que han tenido lugar (figura siguiente), que han reestructurado el sector y han permitido generar economías de escala; y la reducción de costes y los incrementos de eficiencia conseguidos, que han permitido mayores volúmenes de extracción por pozo, lo que ha permitido incrementar el número de plataformas de perforación, uno de los parámetros indicadores de la salud del sector.