La tesis alcista del bitcoin

 | 22.03.2018 14:15

Cuando el precio del bitcoin alcanzaba nuevos récords en 2017 podríamos pensar entonces que la tesis alcista para inversores era demasiado obvia para merecer un desarrollo. Sin embargo, al mismo tiempo, podría parecer estúpido invertir en un activo digital que no está respaldado por ningún bien tangible ni gobierno y cuya subida de precio ha conseguido que lo comparen con la burbuja de los tulipanes o de las punto com.

Ninguna de las dos posturas es correcta. La tesis alcista del bitcoin es convincente, pero dista de ser obvia. Existen riesgos significativos al invertir en bitcoins, pero como veremos, también existe una inmensa oportunidad.

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Nunca en toda la historia había sido posible transferir valor entre personas distantes sin confiar en intermediarios como bancos o gobiernos. En 2008, Satoshi Nakamoto, cuya identidad es desconocida, publicó una solución de nueve páginas a un conocido: el Problema del General Bizantino. La solución de Nakamoto y el sistema que construyó partiendo de la misma, permitieron por primera vez transferir valor de forma rápida, a gran distancia y sin necesidad de confiar en un intermediario. Las ramificaciones de la creación del bitcoin son tan profundas para la economía y para la ingeniería informática que Nakamoto debería ser la próxima persona en ganar un Nobel en economía y también un premio Turing.

Para un inversor, el hecho más sobresaliente en la invención del bitcoin es la creación de un nuevo y escaso bien digital. Los bitcoins son fichas digitales transferibles que se crean dentro de la red del bitcoin a través de un proceso conocido como “minería”. La minería del bitcoin es en cierta forma análoga a la del oro, excepto en que la producción sigue un calendario preestablecido. Por diseño, sólo podrán “extraerse” 21 millones de bitcoins, y de ellos ya han sido minados la mayor parte (aproximadamente 16,8 millones cuando escribo esto). Cada cuatro años el número de bitcoins que producen los mineros se reduce a la mitad y para el año 2140 la producción de nuevos bitcoins se habrá detenido por completo.