Los mercados de acciones estadounidenses son un tornado que lo devora todo

 | 22.06.2018 12:23

No es la primera vez, ni es infrecuente observar que algunos analistas hablen de movimientos incoherentes en los mercados o de activos que deberías moverse con correlación positiva o negativa frente a otros y qué en un determinado momento, dejan de hacerlo.

Otras veces un mercado evoluciona de una forma que contradice lo que está sucediendo en otra parte del mercado.

En 2007 -2009 todos los activos de renta variable cayeron con fuerza.

En 2009 era evidente que la recesión económica era profunda, requería tomar decisiones contundentes y no estaba claro cuáles eran, ni si se querían o podían tomar.

En ese entorno de colapso económico, las acciones emergentes, que también se colapsaron hasta 2009, siguieron subiendo con mucha fuerza hasta 2011.

Era incoherente pero la tendencia se mantuvo durante años. Los inversores y los medios argumentaban que estos países estaban menos expuestos al papel subprime, al endeudamiento, a las prácticas laxas de la banca… además de argumentarse que las materias primas seguían firmes y beneficiaban a buen aparte de estos países emergentes.

Muchos gestores compraban materias primas para proporcionar estabilidad en sus carteras y oro naturalmente. Otros tantos reducían las inversiones en mercados desarrollados y compraban el mundo emergente. Durante varios años acertaron.

Eran decisiones poco sensatas. ¿Cuánto podía durar la bonanza en el mundo emergente si los principales países desarrollados tenían sus economías y mercados financieros colapsados?

No tenía sentido cubrir o comprar materias primas para dar estabilizad a una cartera por más que en los últimos dos o tres años, hubiera funcionado. Pero se hizo.

Muchos inversores, incluidos los que gestionaban miles de millones en activos, no pudieron evitar vender las partes de sus cartera que iban mal y comprar lo que les estaba haciendo ganar o lo que veían en otras carteras que no paraba de ofrecer rentabilidad.

Este fenómeno supone presión vendedora para activos que ya están tocados y más madera para los que están en tendencia alcista.

Al final, muchos inversores terminan con su cartera concentrada en las dos docenas de activos que están en burbuja y cuando esta pincha, las pérdidas son abultadas.

A nivel global, los mercados de acciones emergentes hicieron máximo en abril de 2011 y no volvieron a esos niveles hasta 2018.