Los mercados europeos, con todo a favor

 | 31.10.2017 12:31

El paro en la eurozona mantiene mínimos del año 2009 al situarse en el 8,9% (en el 7,5% en el conjunto de los Veintiocho, la tasa más baja desde noviembre de 2008). Haciendo una comparación con hace un año, una de las caídas más interesantes es la del caso español, donde la tasa de paro cayó del 19,1% al 16,7%.

En lo referente a la inflación, se modera y sin el tema de la energía sería del 1,2%. Pero la realidad es que el objetivo del Banco Central Europeo (BCE) del 2% está alejado todavía y mucho me temo que se pueda cumplir dicho objetivo.

Les comenté la pasada semana el plan del BCE para ir terminando con el programa QE: se continuará comprando activos y destinando mensualmente 60.000 millones de euros en lo que resta de año. Desde enero de 2018 hasta septiembre la cuantía mensual pasa a reducirse a la mitad, a 30.000 millones de euros.

El BCE tenía que elegir entre una reducción más intensa del volumen pero prolongada en el tiempo o entre una reducción del volumen menos intensa pero con una fecha de caducidad más cercana en el tiempo. Finalmente optó por la primera opción para desmantela el programa QE.

¿Realmente que implica todo esto? Pues básicamente que todavía se podrá tener dinero barato durante un buen tiempo, y que aunque ya haya una fecha para que la financiación se encarezca, todo el proceso será progresivo y gradual para que no haya sustos ni alteraciones ni volatilidad en los mercados.

¿Y sólo por el tema de evitar volatilidad en los mercados se ha adoptado esta desmantelación (tapering) progresiva? Bueno, en realidad por más motivos:

  • Para que los países puedan afrontar la devolución de sus importantes deudas.
  • Para que las empresas se puedan seguir financiando de manera asequible.
  • Para que los particulares puedan solicitar créditos asumibles.

Y claro, al margen de estas tres razones oficiales, tenemos la extraoficial que les vengo comentando hace meses: la escasez de bonos alemanes para la comprar, además de que Wall Street Journal ya se encargó en su momento de señalar y advertir de que seguir comprando incrementaría el precio de los bonos, hecho que mermaría el arsenal del BCE para afrontar con mínimas garantías un escenario de crisis económica que pudiese surgir.

La realidad, al margen de todo esto, es que la deuda pública todavía se encuentra en niveles demasiado alto y las entidades bancarias presentan una exposición delicada a la deuda soberana, por no hablar de que el grifo del crédito para las empresas y familias no termina de abrirse.

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Cuando hablamos de la bolsa europea, es inevitable hacerlo del Euro Stoxx 50, el mercado más importante del Viejo Continente. A diferencia del Dax alemán, que este año ha marcado en varias ocasiones nuevos máximos históricos, el Euro Stoxx está lejos de ese escenario aún (tendría que superar holgadamente lo 5.500 puntos y aún no está ni siquiera en los 3.700 puntos).

Pero eso no significa que no tenga fuerza, es más, desde junio de 2016 no deja de subir, formando un perfecto canal tendencial ascendente cuya base le permitió hace pocas semanas apoyarse y retomar fuerzas para seguir subiendo.