Máximos históricos sin euforia inversora

 | 17.05.2017 13:18

Después de alcanzar un nuevo máximo histórico el lunes, las bolsas apenas reaccionaron y nuevamente mostraron ayer su comportamiento bajo los efectos de la anestesia “reflacionista”, las cotizaciones cerraron casi planas después de una sesión anodina y sin noticias de calado.

El S&P 500 perdió ayer un insignificante 0,1% en la sesión número 15 con desplazamientos del 0,5% o inferiores. Se trata de la segunda vez en la historia, después de una secuencia de 20 días de duración en febrero del año 1969, que se observa tan limitada amplitud en los desplazamientos de la bolsa estadounidense.

La economía se comportará mejor en este segundo trimestre que en el anterior, los beneficios empresariales han comenzado a mejorar por primera vez tras la potente recesión oficial de seis trimestres en negativo y los ánimos de los consumidores y empresarios parecen altos, según reflejan las encuestas.

Son los principales argumentos empleados por Wall Street para mantener vigoroso el “espíritu animal” de los inversores, para animar a la gente a comprar riesgo y justificar la fortaleza y resistencia del mercado.

Eric Rosengren, presidente de la Reserva Federal (Fed) de Boston, dijo la semana pasada algo que ha pasado desapercibido entre medios y analistas. Ahora que aumentan las inquietudes sobre el momento de comenzar a reducir el balance de la Fed, más sobre su impacto en economía y mercados financieros, Rosengren parece descreído respecto de la pretendida robustez de la economía y afirma que:

“expect the return of Quantitative Easing or QE. “I think it is inevitable that we’re going to be talking about the balance sheet expanding during recession,”

El Sr. James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis, parece corroborar la idea de su colega:

“QE is a distinct possibility the next time the economy hits a speed bump”.

Ceremonia de la confusión en estado puro. Por una parte, se defienden las bondades de la economía y el propio comunicado de la última reunión del FOMC afirma que la ralentización del primer trimestre fue puntual y que esperan recupere el brío durante el resto del año. Según avanzan algunos datos adelantados cabe cierta recuperación de PIB en este trimestre y de momento nada más, sería imprudente proyectar gran brote de la economía.

La necesidad de normalizar y subir tipos para recuperar herramientas de política monetaria con las que poder afrontar la siguiente recesión, cuando quiera que surja, es una prioridad.

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Pero no exenta de riesgos, más si cabe ahora que la inflación está cayendo de nuevo y las expectativas a futuro se han desplomado (según encuesta de la University of Michigan sobre expectativas de inflación a 5 y 10 años que la sitúan en el 2.3%, la lectura más baja desde que comenzase la encuesta en 1979) por no citar datos de evolución económica tan elocuentes como el Índice de Sorpresas económicas de City, vean el gráfico siguiente: