Por qué los mercados seguirán subiendo los próximos meses

 | 15.06.2020 08:05

El Ibex 35 se dejó la semana pasada un -7,37%, siendo la tercera peor semana del año y el peor registro desde el inicio del estado de alarma. El EuroStoxx perdió más de un 6% en la semana, dejándose en el año en torno a un 15%, aunque desde sus mínimos de marzo el rebote sigue siendo mayor al 30%. En EE.UU., el Dow Jones se deja un -5,55% semanal, mientras el S&P 500 pierde un -4,78% y el Nasdaq un -1,63%.

En Wall Street, llevábamos una subida en torno al 44% desde los mínimos de marzo (el mayor rebote en la historia dentro de un mercado bajista) y en Europa la mitad de las empresas del Stoxx Europa 600 cotizaban por encima de los precios objetivos otorgados por el mercado para los próximos 12 meses (lo que implicaba ser la segunda divergencia más amplia tras el repunte de la primavera de 2015).

Pero asistimos el jueves a una fuerte caída. El Dow Jones se dejó -6,9%, el S&P500 -5,89% y el Nasdaq -5,27%. Fue la segunda mayor caída por detrás del 16 de marzo cuando cayeron más de un 10% (comenzando a ordenarse a los restaurantes que cerraran sus puertas y a los trabajadores no esenciales que se quedaran en sus casas).

Dos fueron las razones:

- El temor a un nuevo rebrote de la pandemia del coronavirus en EE.UU. y es que los números hablan por sí solos: más de 2 millones de personas contagiadas, más de 112.000 muertos y el promedio de las últimas dos semanas se ha incrementado en 20 estados. Existe una gran preocupación por el efecto que haya podido tener las sucesivas manifestaciones por la muerte de George Floyd y lo que pueda suceder cuando la actividad comercial se reanude.

- El escenario que planteaba el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. La Fed dejó los tipos de interés en 0% (seguramente hasta el 2022) y reconoció que la subida de la renta variable poco tiene que ver con el devenir de la economía.

En realidad se trata de una fuerte disociación entre el estado actual (y futuro) de la economía frente a la evolución de la Bolsa. Todo un sinsentido. Los inversores siguen en plan dándole únicamente al botoncito de comprar, obviando cualquier realidad y sólo pensando en que los bancos centrales les ayudarán y protegerán como antaño.

Pero es que ya no se trata sólo del temor a un rebrote del coronavirus, o que la recesión económica vaya a ser fuerte, es que también habría que añadir que el Gobierno chino no se achanta y dice que implementará todas las medidas necesarias para proteger los intereses de sus empresas ante la entrada en vigor de las restricciones comerciales que afectan a 33 compañías.Y es que el Departamento de Comercio de EE.UU. añadió el pasado mes de mayo 24 empresas a la lista de entidades por su presunta relación con las Fuerzas Armadas chinas y a otras 9 por su supuesta vinculación con violaciones de Derechos Humanos.

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Bueno, ya si hablamos de Europa, a todo lo mencionado para Estados Unidos habría que añadir también que la última ronda de negociaciones del Brexit no ha logrado avances significativos, más bien todo lo contrario, porque Reino Unido no ha mostrado ninguna voluntad en alcanzar un acuerdo sobre pesca. Michel Barnier ha dejado muy clarito que se tendrá que sellar un acuerdo antes del 31 de octubre para que dé tiempo a ratificar el acuerdo. Y para rematar la faena en el Viejo Continente tenemkos que la producción industrial de la zona euro experimentó en abril una caída del 17,1% respecto del mes anterior, cuando había retrocedido un 11,9%, lo que representa el mayor descenso mensual de toda la serie histórica, mientras que en comparación con el mismo mes de 2019, la caída fue del 28%.

Así pues, me preocupa, básicamente porque la subida de los mercados obedece a  expectativas y si finalmente no se producen (hay un mayor retraso a la hora de tener una vacuna, tenemos una nueva ola del Covid-19 en otoño y las economías han de volverse a paralizar) la decepción será de la misma intensidad y por ende las caídas serán fuertes. Podríamos decir sin riesgo de equivocarnos que la apertura de compuertas de la Fed en marzo fue la mecha para que Wall Street subiera como la espuma. Europa iba a menor ritmo y desde hace unas semanas sube más fuerte que sus pares norteamericanos porque confiaban en lo que dijese el BCE y no defraudó.

Dicho esto, y partiendo de la base de la existencia de una clara disociación entre economía y mercados, creo que Wall Street seguirá subiendo, al menos hasta otoño. ¿Y por qué? Pues porque tienen asumido que las sucesivas cifras macro que se irán publicando en los próximos meses serán bastante malas (prueba de ello es que son inmunes frente a las ya publicadas), de manera que en todo caso habría caídas en el corto plazo tras darse a conocer, pero el impulso principal será alcista de la mano de las medidas y estímulos del Gobierno y de la Fed.

Estamos en el mes de junio. Analizando los últimos 20 años, junio es en realidad el peor mes del año para el S&P 500. Pero nos encontramos en un contexto totalmente nuevo, prueba de ello es que no se cumplió el viejo adagio de “vende en mayo y vete”, ya que en ésta ocasión mayo ha sido interesante.