'¡Que me quiten lo bailao!"

 | 05.09.2022 09:19

Sin pretender resultar negativo ni alarmista, hay muchos motivos que nos hacen pensar que la situación económica más próxima en el tiempo dista mucho de ser ideal, ni siquiera buena, o incluso regular. Los primeros ministros de las principales economías europeas nos alertan sobre que nos espera un invierno duro, con un posible racionamiento energético, escasez de gasolina y diesel y una economía que va perdiendo velocidad semana a semana. No sólo eso. El proceso de normalización del balance de la Fed sigue su curso, doblando el ritmo a partir de este mes de septiembre, a lo que hay que añadir que su presidente, Jerome Powell, ha dejado claro la intención de los miembros del FOMC de actuar con determinación para controlar la inflación, manteniendo políticas monetarias restrictivas el tiempo que sea necesario. Copiamos un extracto del discurso de Powell en Jackson Hole que ilustra este punto.

La exitosa desinflación de Volcker a principios de la década de 1980 se produjo tras múltiples intentos fallidos de reducir la inflación durante los 15 años anteriores. En última instancia, fue necesario un largo periodo de política monetaria muy restrictiva para frenar la elevada inflación e iniciar el proceso de reducción de la misma a los niveles bajos y estables que fueron la norma hasta la primavera del año pasado. Nuestro objetivo es evitar ese resultado actuando ahora con determinación.
Estas lecciones nos guían a la hora de utilizar nuestras herramientas para reducir la inflación. Estamos tomando medidas enérgicas y rápidas para moderar la demanda, de modo que se alinee mejor con la oferta, y para mantener ancladas las expectativas de inflación. Seguiremos haciéndolo hasta que estemos seguros de que el trabajo está hecho”.

En artículos anteriores hemos tratado nuestra previsión del contexto económico aportando indicadores, conclusiones de nuestros modelos econométricos que apoyan esta tesis, y cómo creemos que va a ir progresivamente convirtiéndose en una realidad: primero, a través del deterioro de los resultados empresariales; y después, a través de un empeoramiento de la estructura de capital de las compañías con mayor endeudamiento.

Sin embargo, este panorama contrasta con el comportamiento que se observa entre los consumidores. Este verano, las terrazas y restaurantes estaban a rebosar, y los hoteles y casas rurales con el cartel de ‘completo’ no parecen encajar demasiado bien con unas perspectivas tan poco halagüeñas.

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En el caso de los mercados financieros, ocurre algo parecido. El rally de este verano ha supuesto un 17% de subida en dos meses. Con el S&P500 cotizando en los 4.300, algunos bancos de inversión se aventuraban a dar cifras objetivo para la bolsa de 4.900 y 5.000 para final de año al tiempo que los inversores se relajaban progresivamente, después de los sustos del mayo y junio.

¡Que me quiten lo bailao! Es el carpe diem a la española. La filosofía de una amplia mayoría, y no estoy aquí para criticarla… todo lo contrario. Es perfectamente compatible con el hecho de anticipar lo que está por llegar, ya que la mejor manera de disfrutar del presente es teniendo una mayor certidumbre en el futuro. El objetivo de la libertad financiera, tan deseado por todos, es una prueba de ello. Precisamente por ello, es conveniente tener un ojo puesto en aquello que sucede fuera de los focos, prestar atención a los que se anticipan a lo que está por llegar. Suele resultar enriquecedor y a veces incluso rentable.

El 13 de agosto, la fiesta del verano estaba casi en su mejor momento con una subida acumulada del 17% en dos meses. El S&P500 acababa de cerrar la semana en 4.280 puntos -aún subiría unos días más- y la euforia había vuelto al mercado, y algunos bancos de inversión revisaban sus objetivos del S&P500 para final de año en 4.900 y 5.000… pero algo se estaba cociendo. Así lo hicimos saber ese mismo día a un grupo reducido de inversores con una nota que decía lo siguiente:

Los minoristas y los hedge funds están aumentando cortos (…). Los market makers siguen con una posición neta positiva, lo que indica que los institucionales tienen un posicionamiento medio corto. Caídas incluso por debajo de 3.890 serían normales en las próximas semanas. Este posicionamiento es coherente con la compra neta de puts que se observa en el mercado de opciones. Los inversores parecen estar preparándose para una corrección en los índices. Foto similar en el Nasdaq (…) donde caídas por debajo de 12.350 entrarían dentro de lo normal”.

Unos días más tarde, el discurso de Jerome Powell en Jackson Hole dotaba de razones a los inversores para ser pesimistas, provocando duras caídas que ya suponen un retroceso del 8,5% desde el día que emitimos esa nota.

Disfrutar es más fácil cuantas menos preocupaciones tenemos. Por eso, hacer un seguimiento y analizar el posicionamiento que los inversores institucionales llevan a cabo diariamente entre bambalinas, además de que resulta un buen complemento para metodologías clásicas como son el análisis técnico, el fundamental o el enfoque macro, nos ayuda a estar del lado correcto del mercado.

¡Que nos quiten lo bailao!
 

Para no perder las buenas costumbres, continuamos con las estadísticas que actualizamos todas las semanas.
 

Flujos netos de efectivo

Los ETFs y los fondos de inversión son productos muy utilizados por una parte importante de la comunidad inversora, debido a su tratamiento fiscal especial y a la posibilidad que ofrecen de construir una cartera diversificada de manera muy sencilla. Por ese motivo, hacer un seguimiento de las entradas y salidas de dinero en este tipo de instrumentos suele ser un buen termómetro del interés o del miedo percibido por los inversores en cada momento.