Que nadie se deje engañar, la UE no saldrá ilesa del Brexit

 | 17.11.2017 11:51

Por Jason Martin

Si se ha estado siguiendo el culebrón en el que se han convertido las negociaciones del Brexit, uno tiene la impresión de que, si bien la decisión del 23 de junio de 2016 del Reino Unido de abandonar el bloque de 28 miembros conocido como la Unión Europea parece haber puesto al propio país en una peligrosa situación económica, los 27 restantes miembros de la UE tienen poco que perder en el divorcio. Parece que, sean cuales sean las consecuencias para el Reino Unido, los países restantes de la Unión continuarán, como grupo, siendo una superpotencia política y económica.

Sin embargo, aunque las consecuencias inmediatas ya se han notado en la economía británica como comentábamos en nuestro anterior análisis de esta semana, los medios de comunicación parecen examinar la cuestión básicamente desde el lado el Reino Unido, descuidando el estudio de cualquier efecto negativo en los restantes países de la UE.

Al principio, la UE aparecía en los titulares, pues a los individuos a ambos lados del canal les preocupaba cómo saldrían parados los ciudadanos residentes al otro lado de la inminentemente rota relación si perdían su actual derecho a la libre circulación.

Cuando ambas partes dejaron clara su intención de mantener el statu quo de los residentes extranjeros ya establecidos en su dominio, los costes para la Unión Europea resultantes de la salida del Reino Unido parecen desdibujarse y la atención se ha dirigido a la necesidad del Reino Unido de pagar obligaciones financieras y el impacto en su economía al quedar en el limbo los futuros acuerdos comerciales, incluso con la caída de la libra, impulsando la inflación y obligando al Banco de Inglaterra a subir los tipos en su última reunión de política monetaria.

Habiendo ya estudiado si se está cerrando la ventana de posibilidades del Reino Unido de conseguir un buen acuerdo en nuestro análisis anterior, ahora nos centraremos en el impacto para la UE.

h3 Hecho: La economía de la UE se verá perjudicada/h3

Leyendo artículos sobre el Brexit, es crucial recordar que cualquier acuerdo futuro funciona como una calle de dos sentidos. Los costes de un lado se reflejarán en el otro lado, aunque en mayor o menor grado.

En el peor de los casos, conocido como un "Brexit duro", en el que las dos partes no lleguen a un acuerdo comercial, se aplicarían las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para los productos enviados desde el Reino Unido a la UE y viceversa. Muchos productos industriales tendrían de pronto más aranceles, aunque sólo del 2% al 3%, pero los automóviles tendrían un 10% más de impuestos, mientras que muchos productos agrícolas tendrían un arancel de entre el 20% y el 40%.

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De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió en sus últimas previsiones económicas regionales que un Brexit "disruptivo" probablemente tendría un impacto muy perjudicial para ambas partes.

"En tales circunstancias, lo que nos preocupa es que se vea afectado el crecimiento económico, especialmente en el Reino Unido, pero también la zona euro", explicaba el FMI (el énfasis lo ponemos nosotros).

Al igual que el FMI, la mayoría de los analistas cree que la economía británica se verá más afectada que la de los 27 miembros restantes. En un informe reciente de Oxford Economics, sus analistas prevén que el impacto en la economía del Reino Unido sería diez veces mayor que en la de la UE. Sin embargo, el quid de la cuestión es cuánto daño notarán realmente los que se quedan.

Según el informe, una ruptura de las negociaciones que descarte acuerdo alguno daría lugar a un aumento de 3,1% en el coste de las importaciones de mercancías de la UE, pero el bloque también pagaría un 3,5% más por las exportaciones del Reino Unido. Y aunque en el caso de los británicos esto se aplicaría a aproximadamente el 60% de sus bienes importados y exportados, el impacto para los países de la UE excepto Irlanda, aunque mucho menor, seguiría siendo de casi un 10%.