Relación histórica PIB-Bolsa

 | 11.08.2016 13:58

Existen situaciones comprometidas cuya resolución aboca a analizar dos posibilidades que, siendo opuestas, conducen a caminos similares y las proyecciones a futuro de los desenlaces probables tienden a converger.

La economía global es frágil y está inmersa en un proceso de estancamiento y desinflación que las autoridades no consiguen revertir ni aplicando las medidas más potentes nunca antes empleadas.

Suponiendo que la economía permanece débil, las autoridades continuarán con la política de tipos cero -ZIRP y NIRP- y programas de expansión cuantitativa “ad infinitum” que vienen aplicando desde 2009. Si por contra, la economía muestra síntomas de estabilización y comienza a recuperarse, entonces las autoridades se verán obligadas a normalizar la política, subir tipos y retirar programas -“taper”- y dinero del sistema.

En ambos casos, el impacto en los mercados financieros contiene implicaciones negativas. Excepto en caso de que las autoridades profundicen su empeño de reflacionar activos y así crear una burbuja de dimensiones épicas… para llegado el momento asistir al súbito y desagradable pinchazo y desplome de precios que siempre en la historia surge termina con los excesos de manera violenta.

A tenor de la coyuntura económica, de las fuertes alzas de precios de los activos, de la evolución de resultados empresariales o del comportamiento normal de los mercados en la historia, los inversores deberían esperar un futuro de rentabilidades poco prometedor.

En contexto histórico, la correlación entre la economía y las bolsas para plazos largos, de 10 a 12 años, es demasiado alta como para ser ignorada.

En vista de la desaceleración secular de la economía estadounidense…