Sobre el bitcoin y otras burbujas

 | 21.02.2018 19:23

Me alegro de que el bitcoin cotice por encima de los 10.000 dólares para no ser un cenizo que se limite a firmar la sentencia de muerte cuando cotice por debajo de los 1.000 dólares.

Me daré prisa en terminar este comentario, de cualquier manera, ya que los precios se mueven muy deprisa y los acontecimientos siguen siendo subrealistas, en mi opinión, y puede que en algún momento el mercado deje de ser tan amable.

Explicaré por qué creo que el bitcoin no vale nada, o casi nada.

Yo no lo compraría para acumular parte de mi patrimonio ya que si me lo pueden robar o lo puedo perder, no estaría tranquilo.

Tampoco me gusta la idea de que todo el mundo esté emitiendo divisas virtuales. Empresas, estados y hasta algunos bancos centrales que creen en las tecnologías que hay detrás del uso de estas divisas. Habrá inflación de divisas y tenderán a no valer nada.

Más duro es incluso el tema de que no haya un banco central y un estado que respalde el valor de esa moneda. Sea de la forma que sea, un estado, al fin y al cabo, tiene recurso (terrenos, minas, bosques) y una población que paga impuestos, por lo que posee activos. Detrás del bitcoin sólo hay personas que compran porque creen que valdrá más en el futuro.

Son muchos los que vieron la utilidad de las tecnologías que hay detrás de estas monedas y lo que seguramente tenga que venir y montaron negocios muy prósperos (casas de intermediación, negocios de seguridad, consultorías, etc.) incluso algunos de ellos se han forrado por las muchas o pocas divisas virtuales que estaban obligados a mantener para dar consistencia a su negocio.

La psicología de esta burbuja es muy similar a la de los inmuebles, la tecnología en el año 2000 o la de los tulipanes “unos años antes”.

Me alegro de que muchas personas hayan ganado verdaderas fortunas y les pido que reflexionen y vendan para buscar otras aventuras que sigan haciendo crecer su patrimonio y no ver como se evapora con una burbuja más.

Burbujas como la de Jazztel, que llegó a valer en 2001 casi 180 euros para pocos años después valer menos de un euro.

No es que la empresa no valiera nada, su posterior presidente la llevó a los 13 euros (más de 3.300 millones de euros), es que era difícil de justificar que llegara a valer más de 12 mil millones de euros, quince años antes.