Tocado... pero no hundido

 | 02.05.2022 08:01

Los datos del Producto Interior Bruto Real del primer trimestre en EE. UU. publicados el jueves pasado arrojaban una contracción intertrimestral del 1,4%, en términos anualizados. Tenemos que remontarnos a mayo del 2015 para ver el primer dato negativo en esta serie histórica antes de la crisis del COVID. Sonaron las alarmas, ya que el consenso de los analistas esperaba una variación positiva del 1,1%, pero rápidamente los inversores se agarraron como a un clavo ardiendo al crecimiento del consumo privado, que sigue soportando a la economía.
 
La posibilidad de una ralentización de la economía americana que venimos defendiendo desde hace varios trimestres parece que poco a poco se está materializando, y la variante Ómicron durante el primer trimestre y el impacto de la invasión de Ucrania por Rusia no han hecho más que incrementar la probabilidad de suceso.
 
Si comparamos las cifras de crecimiento del PIB del 5% interanual en Europa que se publicaron el viernes, parecería que la situación en el viejo continente es mucho más favorable, pero realmente no es así… ni ahora, ni desde hace mucho tiempo.